Los momentos que se han vivido han sido tensos, pero al ministro no le ha quedado mas remedio que asumir su derrota política, porque, esta pequeña batalla no ha sido otra cosa que una escaramuza mas de la pelea permanente entre Sánchez y Diaz Ayuso.
En efecto, nadie se debe extrañar de que un ministro, y nada menos que el de la Presidencia, es decir la mano derecha del presidente, haga un movimiento de estas características sin que su jefe lo apruebe, cuando además estamos a cuatro semanas de unas elecciones locales y regionales que todo el mundo interpreta en clave de elecciones generales.
Las reacciones no se han hecho esperar y claro está, la primera ha sido la del propio Bolaños, que se ha sacado de la manga una historia ya preparada de antemano sobre una reunión del líder de los populares con fiscales y desde Moncloa han aprovechado para descalificar a los populares de forma desproporcionada como si de casi unos delincuentes se tratase.
En estas circunstancias y con estos precedentes no se `puede esperar una campaña ni tranquila, ni sin descalificaciones de todo orden, Y no nos olvidemos de los meses que seguirán al 28M en los que estará en discusión el futuro presidente del gobierno y este si que es un tema como para que el posible derrotado y hoy habitante de La Moncloa emplee todo tipo de armas incluidas las mas sucias.