La última palabra, en todo caso, la tendrán el Consejo de Ministros y la CNMV. “La Comisión concluyó que la transacción notificada no plantearía problemas de competencia, dadas las limitadas posiciones de mercado de las empresas resultantes de la transacción propuesta”, ha indicado el Ejecutivo comunitario en un comunicado.
Apollo se lanzó a por Applus+ antes de verano. El fondo lanzó una oferta que valoraba el grupo español en 1.226 millones. La puja se producía después de meses de negociaciones con la compañía. El consejo encomendó en enero a JP Morgan la búsqueda de inversores que quisiesen comprar la compañía, una de las habituales en la diana de las opas. Recibió tres ofertas vinculantes, la de Apollo, la de Apax y la del consorcio formado por TDR e I Squared.
Finalmente, fueron solo estos últimos los que se decidieron a enfrentarse con Apollo, toda vez que Apax ha desistido de avanzar en la guerra. Hace escasas semanas presentaron su propia oferta, que mejora la de Apollo y valora la compañía en 1.258 millones. La guerra está servida.
La puja de I Squared y TDR va más lenta. Y no será hasta que las dos obtengan los síes de Competencia, Gobierno y CNMV cuando empezará un plazo de aceptación común de un mes, en el que podrán mejorar las ofertas hasta cinco días antes de su final. Si nadie se retira, los inversores deberán remitir a la CNMV en sobre cerrado su última oferta y Apollo podrá mejorarla si se queda un 2% por debajo de la otra.