En su discurso ante los accionistas, el presidente del banco se refirió a la medida de su principal socio como «una decisión soberana de dicha entidad, que respetamos absolutamente».
«Con respecto a CaixaBank, en 2017 se trasladó la sede a Valencia, ya que entendimos que era lo mejor para nuestros clientes y accionistas», recordó el sustituto de José Ignacio Goirigolzarri, que añadió que «con motivo de la fusión con Bankia, en el año 2021, se tomó la decisión de que la sede social de la nueva entidad estuviera en Valencia, con dos sedes operativas, una en Barcelona y otra en Madrid».
Muniesa insistió en que el banco se encuentra muy cómodo con esta realidad de compartir geográficamente el domicilio social y las sedes operativas en las tres grandes capitales españolas. «Nos llena de orgullo que CaixaBank sea el banco de referencia en la Comunidad Valenciana, como en otras muchas comunidades», aseguró. El presidente también se refirió a los esfuerzos de la entidad tras la DANA en la provincia de Valencia.
Ante los accionistas del banco, el presidente apostó por mantener la herencia de los 120 años de historia. «CaixaBank no es una entidad más. Es una entidad de raíces centenarias, con más de 120 años de historia, dando respuesta a las necesidades de la sociedad» y que nació «intentando dar respuesta a una necesidad social, que sigue hoy totalmente vigente: que todos los ciudadanos tuvieran una jubilación digna».
En respuesta a críticas por parte de los accionistas sobre el incremento de la retribución de Gortázar, Muniesa defendió la propuesta, reiterando que busca dos objetivos: reconocer las tareas ejecutivas que ha asumido y que antes recaían en el presidente, así como mantener la retribución total del consejero delegado en la mediana del grupo de comparables europeos.
Muniesa también se refirió al difícil contexto internacional, con «un nuevo mapa mundial en permanente cambio y, sobre todo, no predecible. En este escenario geopolítico cada vez se observa una mayor polarización, con el auge de populismos y extremismos». Por ello, el presidente de CaixaBank reclamó «promover una mayor competitividad, con una política industrial europea como motor. Sin aumentos de la productividad, el crecimiento potencial y el modelo social y de bienestar pueden verse comprometidos». Desde su punto de vista, es clave recuperar la relevancia de Europa y es necesario tomar iniciativas firmes, no es momento de divisiones ni de parálisis: «Van a ser años en los que nos jugamos mucho en el Viejo Continente».
También reclamó una mayor simplificación normativa a las administraciones, uniéndose a las demandas del gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, de la presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), Alejandra Kindelán, y de su homóloga en Santander, Ana Botín, entre otros representantes del sector financiero en España. «Hay un consenso creciente sobre el nivel excesivo de complejidad regulatoria en Europa, y en particular de la carga regulatoria al sector financiero», recalcó.
Ante la elevada incertidumbre, el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, destacó que, en la actualidad, la entidad se encuentra en «una situación de mucha fortaleza», con una ratio de morosidad en niveles «históricamente bajos» a pesar de que las regulaciones son «cada vez más exigentes».
Además, incidió en que la entidad cerró 2024 con una ratio de eficiencia del 38,5%, y que «estar por debajo del 40% en este momento es un nivel que es absolutamente referencia no ya en España, sino en toda Europa», además de asegurar que la integración con Bankia ha permitido al banco «ser mucho más eficiente, tener más escala, poder hacer más cosas y también ser más rentable».
En respuesta a un accionista sobre la capacidad del banco de mantener esos niveles de beneficios en un entorno de tipos a la baja, el CEO aseveró que desde CaixaBank tienen «muchas iniciativas» y creen poder «mantener la rentabilidad superior al 15%». «Tenemos que ganar más volumen y más cuota de mercado, con un control de costes».
Nuevo dividendo de 0,2864 euros
La Junta General Ordinaria de Accionistas de CaixaBank ha aprobado todos los acuerdos sometidos a votación, entre los que se encuentra la distribución del dividendo complementario de 0,2864 euros por acción con cargo a los resultados de 2024, que se pagará el próximo 24 de abril de 2025.
Este segundo pago, junto con el dividendo a cuenta de 0,1488 euros brutos por acción abonado el pasado mes de noviembre, eleva la remuneración al accionista en efectivo para el ejercicio 2024 a 0,4352 euros brutos por acción. Esto supone un incremento del dividendo bruto anual por acción del 11% frente a los 0,3919 euros brutos por acción del ejercicio anterior. Así, según ha explicado la entidad, la cuantía destinada a dividendos con cargo a los resultados de 2024 asciende a 3.096 millones de euros, lo que representa un payout del 53,5%, dentro del rango definido en el Plan de Dividendos de distribución en efectivo de entre el 50% y el 60% del beneficio neto consolidado. «Si a esto se le añaden las recompras ejecutadas o anunciadas ya deducidas en el capital de 2024 (un total de cuatro, por 500 millones de euros cada una), la distribución total a los accionistas en el ejercicio asciende a cerca de 5.100 millones de euros».
Los accionistas de CaixaBank también han respaldado las cuentas anuales individuales y consolidadas, y de sus respectivos informes de gestión, correspondientes al ejercicio 2024; la gestión del Consejo de Administración durante el ejercicio, la autorización para adquirir acciones propias, o la reelección del auditor de las cuentas de la sociedad y de su grupo consolidado para el ejercicio 2026. La Junta también ha dado el visto bueno al nombramiento de Rosa María García Piñeiro, Luis Álvarez Satorre y Bernardo Sánchez Incera, como nuevos consejeros independientes; de Pablo Forero Calderón en la categoría de consejero otro externo, y de José María Méndez Álvarez-Cedrón como consejero dominical a propuesta de la Fundación ‘la Caixa’, todos ellos por un periodo de cuatro años.
Asimismo, se ha aprobado la reelección de los actuales consejeros Koro Usarraga Unsain (consejera independiente), Fernando Maria Costa Duarte Ulrich (consejero otro externo) y Teresa Santero Quintillá (consejera dominical a propuesta del FROB y de BFA), también por un periodo de cuatro años.
Muniesa, en su primera intervención ante la Junta General de Accionistas como presidente de CaixaBank, ha destacado el privilegio que supone tomar el testigo en el cargo en un banco «que es el resultado de la suma de entidades muy relevantes en la historia de nuestro sistema financiero». Asimismo, ha ensalzado su compromiso con el legado de la institución, así como «con la visión de futuro que queremos construir juntos». Por su parte, Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, ha presentado a los accionistas el detalle de la actividad de la entidad y ha desgranado los pilares básicos del nuevo Plan Estratégico 2025-2027 de CaixaBank, presentado el pasado mes de noviembre, basados en el mayor crecimiento de todos los negocios, el impulso de la transformación e inversión en el negocio y, el mantenimiento de la esencia y los valores que caracterizan al Grupo CaixaBank.
«La ejecución de este ambicioso plan nos permite mantener unos niveles de rentabilidad sostenible superiores al 15% (ROTE) para potenciar el crecimiento del crédito, que se espera que crezca un 4% anual en los próximos tres años. El sostenimiento de esta rentabilidad permitirá a CaixaBank seguir remunerando adecuadamente a sus accionistas, incluyendo al FROB y a la Fundación ‘la Caixa’, para que siga desarrollando su Obra Social», ha concluido.