Este alto cargo ha señalado que vio en un par de reuniones a la asistente de Gómez, Cristina Álvarez, y pensó que era una colaboradora de la universidad, según han explicado fuentes jurídicas. Peinado ha interrogado a tres cargos de Deloitte España, incluido su presidente, Héctor Florez, quien ha explicado que no conoce a Begoña Gómez más que de verla en una ocasión en el teatro, apuntan las fuentes.
Las declaraciones, según las fuentes, han sido eminentemente técnicas para explicar la labor de la consultora en el asesoramiento de la oficina de proyecto de la cátedra que codirigió Begoña Gómez en la Complutense, después de que Deloitte Consulting ya manifestase en un escrito al juzgado el pasado verano que nunca tuvo acceso al software ni participó en su «creación, desarrollo y mantenimiento».
En dicho escrito, del pasado 29 de julio, Deloitte Consulting afirmó que su actuación se limitó a prestar «soporte y asesoría a la oficina de proyecto» de la cátedra, que fue creada antes de su intervención para coordinar los trabajos necesarios para la creación y desarrollo del software. Dicha plataforma pretendía poner a disposición de las pequeñas y medianas empresas una herramienta digital que les facilitara la medición del grado de cumplimiento de sus objetivos en el ámbito de la transformación social competitiva.
Uno de los delitos por los que Peinado investiga a la mujer del presidente del Gobierno es el de intrusismo, al considerar que Gómez «firmó la propuesta del pliego de cláusulas administrativas particulares relativas a la cátedra» de Transformación Social Competitiva y «suscribió documentos y pliegos técnicos del contrato con Deloitte para el desarrollo del ‘software’», «para los cuales no reunía la capacitación adecuada».
