Situado en el extremo sur de Cataluña, Terres de l’Ebre abarca las comarcas de Baix Ebre, Montsià, Terra Alta y Ribera d’Ebre. Esta región es reconocida por su rica biodiversidad y paisajes de contrastes, desde las montañas de los Ports hasta el delta del río Ebro incluyendo el Parque natural de Els Ports y el Parque natural del Delta de l’Ebre. En 2013, la UNESCO la designó como Reserva de la Biosfera, destacando su compromiso con la sostenibilidad y la conservación del entorno natural; y además cuenta con la Carta Europea de turismo sostenible promovida por EUROPARC.
El Parque Natural del Delta del Ebro, una de las zonas húmedas más importantes de Europa occidental, es un refugio para unas 300 especies de aves migratorias y cuenta con extensos arrozales por los que hacer paseos fluviales guiados y entre los que se facilitan rutas en bicicleta para observar, especialmente al atardecer, a los flamencos descansando en su hábitat. Un espectáculo digno de ver al menos una vez en la vida. En contraste, El Parque Natural dels Ports ofrece paisajes montañosos, barrancos y una rica biodiversidad, siendo ideal para actividades como el senderismo y la observación de fauna.
De vuelta a la civilización, para hacerla de forma progresiva, hay que pasar a descubrir uno de los rincones con más encanto de la Ribera de l’Ebre, el pueblo de Miravet (https://www.turismemiravet.cat/), conocido por su espectacular castillo templario y unas calles llenas de historia que se remontan a la época islámica, puesto que conserva el antiguo barrio de alfareros -de ahí su tradición ceramista- y un pasado que marca su estética y nos traslada a otra época.
Una zona tan verde y húmeda es obviamente muy fructífera, y en ella los cultivos proliferan, dando como resultado productos certificados y de gran calidad como el ‘Aceite de Oliva Virgen Extra de las Terres de l’Ebre’ (D.O.P. Terra Alta y D.O.P. Baix Ebre-Montsià), elaborado, entre otras, a partir de aceitunas Arbequina, y las autóctonas Fulla de Salze y Empeltre, como las que trabajan en la empresa familiar Identitat Olive Oil, D.O.P. Terra Alta (https://identitatoliveoil.com/es/). Otro de los ingredientes estrella es por supuesto el Arroz del Delta del Ebro, con I.G.P. propia, y cuyas variedades -todas de categoría extra-, son Bahía, Tebre, Sénia, Fonsa, Montsianell, Bomba, Carneroli y Marisma. Se cultiva en los campos inundados del Delta, donde las aguas del río Ebro aportan nutrientes esenciales para el desarrollo de las plantas. Molí Lo Nostre Arròs (https://lonostrearros.cat/) es una pequeña empresa familiar que lo produce de forma artesanal y sostenible. En cuanto a los vinos, la D.O. Terra Alta, localizada en el sureste de la provincia de Tarragona -cuyas variedades más comunes son la Garnacha blanca, Macabeo y Cariñena-, es una de las más reconocidas de la región, y produce vinos blancos, frescos, aromáticos y afrutados, aunque también algunos tintos de cuerpo medio y rosados. Agrícola Sant Josep Wines (https://santjosepwines.com/) es ideal para descubrirla: una bodega cooperativa de Bot con más de 50 años de historia y una interesante apuesta por la recuperación de variedades tradicionales como el Samsó (Cariñena).
Además de arroz, vino y aceite, en este rincón privilegiado de Cataluña se dan unas muy buenas Clementinas y Naranjas del Ebro, también con I.G.P.; abunda en las zonas tranquilas de los humedales el Pato de las Terres de l’Ebre, un ave muy apreciada y utilizada para cocinar arroces o en confit; se crían en bateas ostras, mejillones y cangrejo azul en las bahías de Alfacs y Fangar; y se encuentran anguilas fácilmente en las aguas del Delta. Por su parte, la miel, recolectada especialmente en la zona de la Terra Alta, tiene una calidad excepcional debido a la flora variada de la región, que incluye plantas como el romero, la lavanda y el tomillo.
Los bosques del macizo de Els Ports, las llanuras interiores de secano, las huertas que bordean el río Ebro o la llanura deltaica ofrecen diversidad de productos: setas, hortalizas, verduras, fruta dulce, cítricos o el característico arroz del Delta de l’Ebre. Todos ellos se complementan con el sabroso pescado, el marisco y los moluscos que, alimentados por nutrientes que el río aboca en el mar, se extraen de las bahías y de las lagunas interiores.
Los paisajes obviamente conectan con cada ingrediente, pero la excusa real de esta escapada es buscar esa gastronomía de premio, es sentarse a una buena mesa y probar a qué saben todos ellos combinados con maestría. Uno de los lugares en los que esto sucede es en el restaurante l’Algadir (https://www.hotelalgadirdelta.com/restaurante/), con Estrella Verde Michelin, dentro del Hotel l’Algadir del Delta -con certificado Biosphere- donde el chef Joan Capilla prepara distintos arroces con productos locales desde un entorno único que refleja la esencia y la arquitectura tradicional del Delta.
La cocina de autor convive en esta zona con la más tradicional, que ha heredado las recetas de nuestros antepasados. Las Terres de l’Ebre cuentan con varios restaurantes premiados con una Estrella Michelin, como por ejemplo Les Moles, comandado por Jeroni Castell; l’Antic Molí, con el chef Vicent Guimerà, ambos en Ulldecona; o el restaurante Villa Retiro, impulsado por el chef Fran López, en Xerta. Este último, además de una cocina con Estrella y dos Soles basada en productos de temporada y de proximidad con especial atención a pescados y mariscos de la zona, así como carnes maduradas, está ubicado en el Hotel Villa Retiro5* (https://hotelvillaretiro.com/), en un entorno único, rodeado de naturaleza, en un edificio modernista construido en 1890. Es ideal para el descanso gracias a sus cómodas instalaciones de lujo con vistas a los jardines que combinan patrimonio histórico con un servicio exclusivo de alto nivel, spa y centro de bienestar.
Otra parada imprescindible que combina gastronomía y paisaje, en este caso el de Alcanar, es Citrus del Tancat (https://citrusdeltancat.com/). En medio de una masía rodeada de más de 2000 naranjos, brilla con un Sol Repsol y una Estrella Michelin la cocina de Aitor López, que, comprometido con el territorio y el producto ecológico de proximidad, elabora platos con ingredientes frescos del huerto y del mar y tradiciones culinarias de Cataluña.
Y uno no se debe ir de las Terres de l’Ebre sin conocer Tortosa (https://www2.tortosa.cat/es/), una de las ciudades más emblemáticas de Cataluña, con un rico patrimonio histórico y cultural, un legado arquitectónico con símbolos de todas las civilizaciones que la han habitado -íberos, musulmanes, romanos y templarios-; el castillo de la Suda, una fortaleza de origen islámico con vistas impresionantes del río y la ciudad; la majestuosa Catedral de Santa Ana, que domina el perfil de la ciudad; y un Mercado de Abastos de estilo modernista -diseñado por Joan Torras en 1887- digno de descubrir puesto a puesto. En ellos hay infinidad de productos típicos locales, como el bacalao, la anguila ahumada, quesos y embutidos artesanales o los dulces pastissets para ganarse a los más golosos.