Así, el volumen de negocio generado por este tipo de centros obtuvo crecimientos del 28,9% en 2021 y 13,8% en 2022, hasta alcanzar en el último año los 1.980 millones de euros, superando ampliamente el nivel prepandemia. La demanda acumulada insatisfecha sustentó en buena medida esta evolución. En 2022 el mayor dinamismo correspondió a las cadenas marquistas de clínicas dentales y las clínicas oftalmológicas. La facturación agregada de las primeras se elevó a los 1.175 millones de euros, lo que supuso un aumento del 15,2% respecto a 2021.
Por su parte, las clínicas oftalmológicas ingresaron alrededor de 500 millones de euros en ese año, un 13,6% más, mientras que la cifra de negocios de las clínicas de cirugía estética aumentó un 8,9%, hasta los 305 millones de euros.
A medio plazo, el sector presenta buenas perspectivas, sustentadas en la creciente preocupación de la población por la estética y la salud, y en el continuo desarrollo de nuevas tecnologías y tratamientos que incentivan la demanda.
No obstante, la reducción de la capacidad adquisitiva de las familias en un contexto de alta inflación y subida de los tipos de interés permite anticipar una desaceleración del ritmo de crecimiento de la facturación sectorial en 2023, estimándose al cierre del ejercicio una variación de en torno al 6%. Esta evolución estará apoyada en parte en la tendencia alcista de los precios. El avance de las principales cadenas, en parte sustentado por la incorporación de centros anteriormente independientes, está impulsando el grado de concentración de la oferta. Los cinco operadores líderes en términos de ventas concentraron el 52% del volumen total de negocio en 2022. El grado de concentración es algo menor en el caso de las clínicas de cirugía estética.