La confianza de las familias españolas en la economía del país se sigue erosionando y cae a mínimos de 2025. El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) —que mide la percepción que tienen los hogares españoles, sobre la economía, el empleo y sus previsiones a futuro— volvió a caer en noviembre hasta situarse en 76 puntos. Así se refleja en la última edición de este indicador, que elabora el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) cada mes. La confianza de los consumidores se redujo 2,7 puntos en noviembre en comparación con octubre y acumula ya tres meses consecutivos a la baja. De hecho, los 76 puntos que se registraron en noviembre marcan un mínimo 2025 en el que la confianza de los consumidores se ha ido erosionando leve, pero progresivamente. La lectura de noviembre está también por debajo de la del mismo mes del año pasado, cuando el ICC marcaba 80,6 puntos, lo que implica una caída del 3,2%.
Este índice puede tomar valores entre el 0 y el 200, por lo que un registro inferior a los 100 puntos implica que la percepción de los consumidores es negativa, explica el CIS. Sin embargo, en los 21 años que lleva publicándose la estadística, rara vez se ha superado la barrera de los 100 puntos, incluso en momentos de claro boom económico como los años de la burbuja inmobiliaria.
El ICC se divide, a su vez, en dos subíndices que describen la visión de la situación reciente de la economía y otro que mide las expectativas a futuro. Los datos de noviembre publicados este lunes apuntan a que las expectativas de los hogares para los próximos seis meses superan a la percepción de su estado actual. Así, el índice de expectativas se redujo en 2,9 puntos hasta situarse en 80,5. Mientras que el que mide la situación actual de la economía cayó 2,6 puntos y se situó en 71,4 puntos. Respecto al año pasado, la caída en la valoración de expectativas (-7,9%) supera ampliamente la de la percepción actual (-3,2%).
El 55% de los encuestados por el CIS cree que la situación de la economía española será peor dentro de seis meses de lo que es ahora. Mientras que un 24,7% apuesta porque habrá una mejoría y un 15,8% sostiene que se mantendrá igual. Una percepción que contrasta cuando se les pregunta por su situación personal. En este caso, solo el 30,5% de los hogares cree que estará peor dentro de seis meses, mientras que un 28,6% apuesta porque estará mejor y un 39,1% que seguirá sin cambios.
Entre la población que considera que su economía personal está mejor, las razones principales son las mejoras laborales o en el sueldo. Así lo traslada el 27,7% de quienes respondieron que ahora les va mejor. También destacan el aumento del ingreso familiar (19,6%) o la incorporación del entrevistado o de un miembro de su hogar al mercado laboral (13,9%). Sin embargo, entre quienes declaran estar peor, la razón fundamental se concentra en torno a un mismo factor: la inflación. El 60,8% de quienes creen que su situación ha empeorado señalan la subida de precios del consumo como el culpable. A bastante distancia aparecen otros factores como el estancamiento salarial o laboral (18%) o el aumento del gasto familiar (14,7%).
La encuesta del CIS muestra que un 16,3% de los hogares tiene dificultades para llegar a fin de mes hasta el punto de tener que contraer deudas (5,8%) o tirar de ahorros (11,5%). Un 29,4% llega justo, mientras que la mitad de los hogares declara que le da para ahorrar, a un 10,9% de ellas, de hecho, bastante.
