Con 177 votos a favor resultantes de la suma del PP, Vox, UPN, PNV y Coalición Canaria, 164 en contra y una abstención, la iniciativa del grupo parlamentario del PP recibió luz verde, ante la presencia en la tribuna del hemiciclo del exalcalde de Caracas Rafael Ledezma.
Durante el debate de la PNL, celebrado ayer, la diputada del PP Álvarez de Toledo, al defender la propuesta de su partido, dijo que “las razones éticas” para reconocer la victoria de González eran también “un imperativo estratégico” sobre todo “después de la operación diseñada por la dictadura, organizada por Zapatero y facilitada por el Gobierno de España por la que ha tenido que salir de su país entre chantajes y coacciones”.“Maduro pretende imponer una mentira mediante la fuerza, pero todos sabemos que Edmundo ganó con el 67% de los votos, porque así lo acreditan las actas que recogieron los ciudadanos”.
Asimismo, esgrimió que los informes de la ONU “describen un robo electoral a mano armada, torturas, detenciones arbitrarias, niños secuestrados, vejados, maltratados”, una situación ante la cual, dijo, “el Gobierno arrastra los pies” y el Alto Representante de la UE, Borrell, dijo que hasta enero “hay tiempo”.
Por otra parte, la diputada del PP denunció que “hay una izquierda tuerta, que solo ve dictaduras de derechas”, y dirigiéndose al Ejecutivo le reclamó liderar el reconocimiento de González en Europa “porque además el consenso no es excusa”, ya que “lo rompen para reconocer el Estado de Palestina ese consenso, pero no para reconocer al presidente de Venezuela”.
Finalmente, elogió la figura de María Corina Machado, líder de la oposición venezolana inhabilitada por el régimen, y apuntó que se trata de “una mujer a la que el movimiento feminista, si no fuera tan sectario, levantaría un monumento a la más valiente, a la heroína del siglo XXI”.
Por parte del PSOE, la diputada Narbona pidió al PP “no engañar a los venezolanos que nos acompañan, haciendo creer que el simple reconocimiento de Edmundo González como presidente electo es una especie de varita mágica que hace desaparecer por encanto al señor Maduro”, y esgrimió el precedente de Juan Guaidó.
En el turno de fijación de posiciones, el diputado de UPN Alberto Catalán se preguntó “qué va a hacer el Gobierno de España” si va a llevar a Nicolás Maduro ante la Justicia internacional, y si va a solicitar mayores sanciones en la UE para los dirigentes de la República Bolivariana.
Asimismo, Cristina Valido, de Coalición Canaria mostró su preocupación de que “esto termine en un enfrentamiento civil, que es lo primero que tenemos que evitar” y porque “no se puede pasar por encima de la voluntad del pueblo de Venezuela”.
Rego, del BNG, mostró su negativa a reconocer como presidente “al candidato de la ultraderecha” apoyándose en solo en datos de una web de la propia oposición. Por Podemos, Sánchez Serna rechazó de forma tajante la iniciativa del PP y señaló que “no vamos a ser ingenuos para sumarnos a la campaña de la derecha internacional, que en este momento no está por el encuentro entre los sectores del país, sino que buscan más bien que Venezuela vuelva a arder”.
A su vez, Aitor Esteban pidió tener en cuenta la realidad de que en Venezuela “hay una represión brutal después de las elecciones”. No es de extrañar tampoco, considerando que el propio Maduro antes de producirse las elecciones habló de que iba a ganar las elecciones por las buenas o las malas, o incluso llegó a afirmar que si las perdía iba a haber un baño de sangre”, subrayó el parlamentario peneuvista.
Para Madrenas, de Junts, el PP quería tomarles el pelo al defender a los venezolanos de la represión, ya que los catalanes “ya conocemos cómo ejecutó directamente la represión” en el referéndum del 1 de octubre de 2017. “Lo que ahora critican tantísimo del régimen de Maduro lo aplicaron ustedes en Cataluña”, afirmó. En nombre de ERC, Rufián tildó a González de «ultraderechista» y que las actas por las que la oposición venezolana se atribuye la victoria de las elecciones de julio «se han declarado ya falsas”. Además, reprochó al PSOE que esté dando cabida en España «a toda la oposición ultra golpista venezolana».
Finalmente, en el turno de Sumar, Pisarello abogó por “el lenguaje de la mediación” que en su opinión “ha sido el lenguaje del presidente López Obrador, del presidente Lula, el presidente Petro, además de figuras como el Papa Francisco o el expresidente Zapatero”. Por el contrario, apuntó, “el otro lenguaje, el del pirómano, ha sido el de las derechas radicalizadas de esta Cámara”.