No estamos totalmente convencidos de cuál será la decisión del banco, aunque, en cualquier caso, creemos que el euro podría repuntar tras la reunión.
Tal y como habíamos previsto, las turbulencias bancarias no desbarataron el plan del Consejo de Gobierno de subir los tipos en otros 50 puntos básicos en su reunión de marzo. No obstante, el BCE suprimió sus explícitas orientaciones futuras sobre los tipos de interés y subrayó su intención de adoptar un enfoque dependiente de los datos.
A medida que las preocupaciones en torno al sector bancario europeo se han disipado, la atención ha vuelto a centrarse en los datos económicos. Las sorpresas positivas se han vuelto algo menos frecuentes, aunque los datos siguen mostrando la resistencia de la economía. El crecimiento del PIB del primer trimestre de 2023, que registró un crecimiento de sólo el 0,1%, fue algo decepcionante, y, además, el dato del cuarto trimestre se revisó a la baja, aunque confirmó que la economía de la zona euro evitó entrar en recesión técnica durante el invierno.
El principal motor económico de la eurozona, Alemania, parece estar perdiendo fuelle, pero nos animan los resultados de los Estados miembros del sur: España, Italia y Portugal registraron un fuerte crecimiento en el primer trimestre. Los indicadores prospectivos también han sido alentadores. A pesar de la desaceleración del sector manufacturero, el índice PMI compuesto de la eurozona ha vuelto a alcanzar máximos de un año, impulsado por el fuerte crecimiento del sector servicios.
Y lo que es más importante, las presiones sobre los precios no desaparecen. El reciente descenso del IPC general se ha debido en gran medida a la caída de los precios de la energía, que se ven poco afectados por la política monetaria. Las presiones subyacentes sobre los precios son fuertes y la inflación subyacente, que registró un 5,6% en abril, sigue por las nubes. El fuerte aumento de los precios en categorías como los alimentos, bienes y servicios pinta un panorama bastante feo de inflación rígida. En nuestra opinión, este es el principal argumento a favor de una subida adicional de tipos, y creemos que esto puede inclinar la balanza a favor de una subida de 50 puntos básicos entre algunos miembros del BCE en mayo.
Los comentarios de los miembros del BCE en las últimas semanas han sido más bien dispares. La mayoría ha reconocido la necesidad de un mayor endurecimiento, pero se han abstenido de ofrecer orientaciones futuras explícitas. No obstante, algunos miembros del Consejo, entre ellos los ‘halcones’ Isabel Schnabel y Robert Holzmann, han insistido en que no se descarta una subida de tipos de 50 puntos básicos. De cara a la reunión de esta semana, la mayoría de economistas esperan que el BCE suba los tipos en 25 puntos básicos, aunque los swaps descuentan con una probabilidad de en torno al 20% la posibilidad de una subida de 50 puntos básicos. Por tanto, una subida de tipos de 50 puntos básicos sería una gran sorpresa para los mercados y provocaría casi con total seguridad una fuerte apreciación de la moneda común. Por el contrario, si el BCE opta por una subida de 25 puntos básicos, el euro podría verse presionado. Sin embargo, pensamos que de producirse una subida menor, esta irá acompañada de un mensaje ‘agresivo’ por parte del Consejo de Gobierno y de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, lo que permitiría al euro evitar pérdidas pronunciadas o dar cabida a modestas ganancias.
El BCE no dará a conocer sus proyecciones económicas actualizadas esta semana, ya que la próxima serie de previsiones no se publicará hasta junio. Sin embargo, los mercados prestarán atención a cualquier comentario sobre las perspectivas económicas. Si el Consejo de Gobierno enfatiza en la resistencia económica de la eurozona, esto podría indicar que el se siente cómodo con la continuación del proceso de endurecimiento. Por otro lado, acentuar la desigualdad de los resultados económicos dentro del bloque (tanto regionales como sectoriales) podría indicar que los miembros están algo preocupados por las perspectivas, y que podrían estar menos dispuestos a alargar el ciclo de subidas. La noticia de que, según la última encuesta sobre préstamos bancarios del BCE, las condiciones crediticias en la eurozona «siguieron endureciéndose sustancialmente» en el primer trimestre, respalda aún más los argumentos a favor de una subida de 25 puntos básicos.
La presidenta del banco central, Christine Lagarde, ha destacado la fuerte inflación subyacente en sus comentarios más recientes. Cualquier mensaje sobre la persistencia de las presiones sobre los precios será importante para evaluar las perspectivas de nuevas subidas de tipos, y podría repercutir en el euro. Del mismo modo, los comentarios sobre el estado del mercado laboral, especialmente las presiones salariales, pueden captar la atención de los participantes en el mercado. Como ya hemos mencionado, en caso de que el BCE no suba los tipos en 50 puntos básicos, esperamos que el Consejo de Gobierno adopte una postura inequívocamente agresiva, insistiendo en la necesidad de nuevas subidas. Al mismo tiempo, pensamos que el banco central evitará ofrecer orientaciones explícitas y que, en su lugar, optará por subrayar una vez más que las futuras decisiones sobre los tipos de interés seguirán dependiendo de los datos.
Independientemente del resultado de la reunión de esta semana, creemos que el BCE llevará a cabo nuevas subidas de tipos más allá de mayo. Reconocemos que es probable que el BCE cambie a una marcha más lenta, subiendo los tipos en incrementos más pequeños. No obstante, creemos que hay muy poco margen para pensar en una reversión del endurecimiento de la política monetaria en la eurozona y, desde luego, no prevemos ninguna bajada de tipos este año. En nuestra opinión, esto debería apoyar al euro en los próximos meses.
La decisión del BCE se anunciará a las 14:15 CET de este jueves, y la rueda de prensa tendrá lugar 30 minutos después.