Bajo ese peculiar modo de actuar, Díaz ha reclamado al PP que «basta ya» con lo que están haciendo con personas que «no están investigadas por nadie» y que seguramente «sufren mucho» ante esta deriva, en alusión a Begoña Gómez, máxima que también aplica en el caso de la mujer del líder del PP, Núñez Feijóo, que también fue mencionada en el debate partidista hace unas semanas. Eso sí, ha querido marcar diferencias de estas situaciones con el caso de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Díaz Ayuso, y su pareja que tiene detrás a la Fiscalía, que denunció a su novio por presunto fraude fiscal, y a la Hacienda Pública, es decir, «investigaciones más serías».
Es decir, la líder de Sumar tiene tres raseros y los aplica según conveniencia. Así, en su opinión, «lo que están haciendo con la mujer del presidente es auténtico machismo» ya que según ella misma señala, el problema para Begoña Gómez radica en que «lo que hay es una horda de periodistas de derechas que de manera panfletaria están haciendo algo que es indigno en democracia». Luego, Díaz ha proclamado que la corrupción «no lleva siglas» y que le da igual que los responsables de presuntas tramas tengan el carnet del PP y del PSOE o de cualquier formación, puesto que en todos los casos se trata de «delincuentes».
En fin, todo eso queda muy bien pero la realidad es que la señora vice no duda en atacar a todo el personal que no piensa como ella y en este caso de ataques desproporcionados a la persona deka mucho que desear la falta de defensa de cualquier otra mujer victima de las criticas desproporcionadas de sus compañeros de ideología que afectan a toda aquella señora que osa discutir por ejemplo lo que dice o piensa Sánchez, que inmediatamente es vapuleada y calificada con todo tipo de adjetivos, pero eso no es machismo , porque sus socios y compis no son machistas, ni nada que se les parezca.
Vamos que son todos unos santos de altar.