Las carreteras españolas se enfrentan a desplazamientos (especialmente durante las vacaciones) con uno de sus mayores desafíos. Si a esa combinación (mal tiempo y desplazamientos) se les suman imprudencias y/o mal mantenimiento del vehículo, estos meses se convierten en una de las épocas de más riesgo en términos de seguridad vial. Así lo indican los datos: entre 2014 y 2023 se registraron más de 134.000 siniestros relacionados con la meteorología adversa. En ellos perdieron la vida 1.614 personas, lo que supone 1 de cada 10 del total de fallecidos en carretera. Además, cerca de 180.000 personas resultaron heridas y casi 8.000 necesitaron hospitalización debido a la gravedad de sus lesiones. Unos datos en los que pueden influir múltiples factores, entre los que destaca la falta de preparación reconocida por los automovilistas españoles. De hecho, el 90% de los conductores de nuestro país afirman carecer de la formación necesaria para conducir con mal tiempo.
Por tipo de fenómeno, la lluvia se confirma como el más habitual en los accidentes de tráfico, ya que está presente en 6 de cada 10 siniestros con meteorología adversa (66%), seguida de la niebla ligera (20%) y el viento fuerte (7%). Por letalidad, los accidentes con presencia de niebla intensa son los más peligrosos, ya que cuentan con una letalidad que duplica la registrada en un siniestro convencional.

