En una entrevista concedida a RTVE, De Guindos ha ensalzado el buen momento que atraviesa la economía española, fundamentando este ‘momentum’ en un saneado sistema financiero, una mayor competitividad y sobre todo en unos flujos migratorios positivos. Sin embargo, abordando este último punto, De Guindos ha matizado que, aunque se trata de algo beneficioso para la economía española, también trae aparejada una derivada no tan positiva en lo que atañe a la vivienda, lo que puede poner en peligro la sostenibilidad del crecimiento diferencial español respecto a otras grandes economías de la eurozona. «La cuestión ahora es cómo se va a sostener en el tiempo ese crecimiento diferencial de España. Y ahí se encuentra inmediatamente con un cuello de botella, que es la vivienda».
«Hay un incremento muy fuerte de la población, derivado de la inmigración, que desde mi punto de vista es positivo, dada la demografía de la sociedad española», ha afirmado De Guindos, añadiendo que esto tira de la demanda de vivienda, «fundamentalmente, de la demanda de vivienda de alquiler», mientras que la oferta se está retrayendo al mismo tiempo y está provocando el incremento de precios, por lo que ha recomendado a todas las autoridades españolas analizar la situación. «Es algo que tendrían que analizar todas las autoridades».
En el caso de España, el aumento de los precios reales de la vivienda desde 2012 a esta parte supera el 35% (en términos reales, es decir, descontando la inflación). Además, mirando al futuro, España va a encabezar las subidas del precio de los inmuebles entre las grandes economías de Europa, lo que complica las cosas a aquellas familias que quieren adquirir un inmueble en el que poder constituir un hogar. El fuerte auge del precio de los inmuebles puede convertirse en un obstáculo para aquellos perfiles de trabajadores extranjeros que están permitiendo en la actualidad que la economía de España crezca con intensidad.
«Más allá de las consecuencias sociales más inmediatas, la baja disponibilidad de vivienda y la baja asequibilidad de la misma podrían desalentar la movilidad laboral y residencial… dañando la adecuación (el match) entre empleos y, por ende, mermar la productividad agregada y la movilidad social. También eleva el coste de la tierra y la mano de obra y, por tanto, también el precio de los locales y la infraestructura para las empresas y los gobiernos», advertía la Comisión Europea en un documento.
Así, ante las repetidas comparativas con lo sucedido a partir de 2008, De Guindos ha insistido en que ahora «es diferente» y «no hay una burbuja de crédito». El que fuera ministro de Economía ha argumentado que en el presente no se está generando la situación en la cual había una evolución al alza «brutal» del crédito promotor, lo que llevó, en última instancia, a la insolvencia de las antiguas cajas de ahorros. «Eso no se da en ese momento, es de una naturaleza muy diferente a lo que ocurrió en el año 2009, en el año 2010, en el año 2011», ha defendido el exministro español de Economía, añadiendo que, actualmente, el sistema bancario español «no genera dudas», cuando en aquel entonces era el principal lastre para el crecimiento y para la generación de empleo en España «hasta que no se saneó».
Reivindicando su labor al frente de Economía durante los gobiernos de Rajoy, De Guindos se ha quejado de que «parece» que la Sareb, conocido como ‘banco malo’ y que aglutinó los pisos de la banca durante la crisis, «lo inventamos Rajoy y yo» y «era la consecuencia de unas circunstancias anteriores». Continuando con su argumento y entroncando con el problema de la vivienda, el ‘segundo’ del BCE ha enfatizado que la «Sareb ahora es el mayor tenedor de pisos y de suelo en España» y el precio está subiendo.