Así, por ejemplo, a Moncloa no le ha quedado mas remedio que cesar a la presidenta de la tele y después ocupar su puesto con la consejera socialista de turno, la señora Cascajosa, pero para la ministra de Transición Ecológica anda dando vueltas a quien deja en su lugar y de momento solo ha encontrado a su marido, miembro de la saga de los Bacigalupo para sustituirla y en caso de no poder hacerlo, regalarle la presidencia del nuevo órgano energético que dentro de poco vera la luz como nueva Comisión de la Energía. Pero por ejemplo, Economía no tiene nombres, al menos de momento, para ocupar los mas que próximos asientos en el consejo dé Telefónica o Talgo.
Y mientras, en Moncloa ya andan mas que ocupados analizando candidatos para las listas al Parlamento Europeo donde, visto lo visto se van a jugar bastantes batallas para el ser o no ser del futuro del mismísimo don Pedro y sus aliados los independentistas, por lo que lo que faltan son hombres y mujeres obedientes a los mandatos de la dirección y de esos aunque hay muchos, son, sin embargo pocos, los que reúnen las condiciones necesarias para poder dar el salto hacia nuevos destinos.
Mas de uno se preguntará el porque de esta situación, que no es otra que el modo y manera de incorporarse a la vida política que los nuevos tiempos nos han traído en los que muchos se apuntan al partido como si fuese la oficina de empleo, porque lo único que necesitan es ponerse a la cola y esperar a que les llamen y luego a que corra el escalafón. Nada ni nadie les pide mas que obediencia. Luego pasa lo que pasa y llegamos a donde llegamos.
Pero visto lo visto, eso es lo de menos.