De esta manera, tanto el déficit como la deuda se colocan por encima del límite del 3% y del 60%, respectivamente, que marcan las normas comunitarias, pese a que España ha conseguido rebajar en 1,1 y 3,9 puntos el déficit y la deuda en comparación con el año anterior. En general, en la zona euro, la deuda pública se redujo a finales del cuarto trimestre de 2023 hasta el 88,6% del PIB, frente al 90,8% del año anterior, mientras que la relación entre déficit público y PIB disminuyó al 3,6%, desde el 3,7% en 2022.
En toda la UE, el ratio de deuda pública se redujo del 83,4% en 2022 hasta el 81,7% en 2023 y el déficit público aumentó una décima, hasta el 3,5% al cierre del pasado año.
En cuanto al déficit público, todos los Estados miembros lo registraron, excepto Chipre y Dinamarca (ambos 3,1%), Irlanda (1,7%) y Portugal (1,2%). Los mayores déficits se dieron en Italia (-7,4%), Hungría (-6,7%) y Rumanía (-6,6%).
Además, hasta 11 Estados miembros tenían un déficit superior al 3% del PIB.
Respecto a la deuda, los ratios más bajos entre deuda pública y PIB se registraron en Estonia (19,6%), Bulgaria (23,1%), Luxemburgo (25,7%), Dinamarca (29,3%), Suecia (31,2%) y Lituania (38,3%. Por el contrario, los más altos tuvieron lugar en Grecia (161,9%), Italia (137,3%), Francia (110,6%), España (107,7%) y Bélgica (105,2%).
Hasta 13 Estados miembros tenían ratios de deuda pública superiores al 60% del PIB.Por su parte, en 2023, el gasto público en la zona euro equivalió al 50% del PIB y los ingresos públicos al 46,4%.
Lo malo de esta situación es que el nuevo Pacto de Estabilidad y Crecimiento, pendiente de aprobación definitiva esta semana, mantiene las cifras que limitan los niveles de déficit sobre el PIB al 3% y la deuda sobre el PIB al 60%. Estas reglas fiscales, que fueron suspendidas por la pandemia, se volvían a aplicar en 2024. Aunque finalmente este ejercicio se articula como un año de transición, la Comisión Europea ya avisó la primera pasada que miraría las cuentas de los países con lupa y que abriría un expediente sancionador a aquellos que superaran el límite del 3% de déficit. El hecho de que el déficit de España se sitúe en el 3,6% y la deuda en el 107,7% le da todas las papeletas para que Bruselas le abra un procedimiento en el que le exija apretarse el cinturón.
El procedimiento por déficit excesivo, medida correctiva que aplicará también a Italia, Francia y otros diez países, obligaría a los Estados miembro a recortar su déficit estructural en un mínimo del 0,5% del PIB al año. Además, los somete a un escrutinio detallado por parte de Bruselas, con informes bianuales sobre la situación presupuestaria. Un cómputo en el que cabe considerar que París y Roma no solo superan los umbrales, sino que han aumentado su déficit en lugar de recortarlo como lleva exigiendo Bruselas los últimos años.