Los expertos ya vaticinan que la votación sobre cualquier acuerdo podría no producirse hasta justo antes de la fecha límite del 1 de junio que ha dado la secretaria del Tesoro, Janet Yellen.
Graves también ha insistido en que no hay avances de ningún tipo, y ha apuntado que «vamos a tener que ver algún movimiento o algún cambio fundamental en lo que están haciendo», en relación al equipo negociador de la Casa Blanca. Pero puede que, si lo hay, no se produzca hasta dentro de unos días. Graves ha reconocido que ha habido «progresos sustanciales» y que las dos partes están «muy cerca» en algunas áreas, pero también ha dejado claro que sigue habiendo desacuerdos sobre el gasto y los requisitos de trabajo, y eso es un problema porque cada vez está más cerca el 1 de junio. Por eso ha insistido en que los negociadores republicanos de la Cámara de Representantes están «abiertos» a reuniones adicionales con el equipo de la Casa Blanca.
Por su parte Hakeem Jeffries, el principal demócrata de la Cámara de Representantes, ha dicho que congelar los gastos a los niveles de 2023 sería un compromiso «razonable» que se podría asumir, aunque ha dicho que cualquier acuerdo que se vaya a votar tendrá que reflejar las prioridades demócratas.
El actual punto muerto en torno al techo de la deuda puede aumentar la presión sobre la economía estadounidense, que ya se enfrenta a una posible recesión tras la subida de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal. Sin embargo, algunos republicanos creen que se está dramatizando demasiado sobre la situación, e incluso ponen en duda la fecha límite del 1 de junio que ha puesto Yellen sobre la mesa. «Nos gustaría ver más transparencia sobre cómo llegan a esa fecha», ha indicado el líder de la mayoría en la Cámara, el representante Steve Scalise, en una conferencia de prensa de la que se hace eco ‘CNBC’. Además, considera que los últimos comentarios de la secretaria del Tesoro «implican que es el 1 de junio, o más tarde, dando cierta apertura a la idea de que el 1 de junio podría no ser la llamada fecha X».
En su opinión, «realmente no hemos podido ver mucha transparencia, pero parece que ahora se están cubriendo y abriendo la puerta a retrasar esa fecha». Y también el republicano Chip Roy, de Texas, ha puesto en duda la fecha límite. Según recoge ‘Bloomberg’, ha asegurado que estamos ante una «crisis fabricada» para obligar a los conservadores a dar marcha atrás en algunas demandas. En concreto, los republicanos quieren recortar el gasto doméstico tanto como sea posible, mientras que los demócratas han ofrecido recortes más reducidos en un par de años.
Los demócratas también quieren incluir límites al gasto en defensa en cualquier acuerdo, mientras que los republicanos buscan aumentar el presupuesto del Pentágono a expensas de recortes más profundos en el gasto social.