Y de todo este lio no se escapa ni el autor de la movida. Sánchez tiene tantos problemas o mas porque su partido, tiene, primero que arreglar la pérdida de puestos de trabajo que conlleva una derrota electoral colmo la que ha sufrido, según el inexplicable, e inmerecida, pero real como la vida misma por lo que no puede dejar perder la ocasión de colocar en alguna silla a alguno de los damnificados como pueden ser barones de renombre como Puig, Lamban o Fernández Vara. Ninguno de ellos se han merecido el castigo que ser obedientes a Sánchez les ha supuesto, pero eso es lo que tiene la democracia y el voto soberano.
Pero, si Moncloa tiene problemas, no hay que dejar atrás los de Iglesias, Diaz, Belarra, Moreno, Echenique y compañeros y compañeras mártires. En sus filas cunde el pánico. Dan por perdida, pase lo que pase, su continuidad en el gobierno que salga de los comicios de los calores de este esperpéntico y electorero 2023. Además, las listas, los espacios laborales de la política que genera el Congreso o el Senado deja a una formación residual, en su dia incluso exitosa, pero hoy casi casi desaparecida, en poco menos que nada.
Si a ello le sumamos que tiene que compartir con el proyecto Sumar sus posibles escaños, ya me dirán ustedes cuantas de las cabezas visibles de la aventura que nació en la Puerta del Sol tienen un hueco en el Parlamento de los próximos años.
Y junto a los escasos candidatos, candidatas y candidates de la progresía tonta llega el turno de los desaparecidos del todo, los otrora exitosos Ciudadanos. Estos si que han pasado a mejor historia dejando unos votantes huérfanos a los que no les quedar mas remedio que votar a Feijoo. Y eso que el se lleva.
Y puestos a girar a la derecha, llegamos a los problemas que pueden tener los populares que, por una ocasión y sin que sirva de precedente son los mas tranquilos. Como vencederos del pulso con Sánchez en las CC AA y Ayuntamientos son, teóricamente, los probables vencedores de la convocatoria próxima.Sus huecos laborales son por tanto abundantes, Hay sitio para casi todos y las protestas se reducen a lo minino.
Tres cuartas de lo mismo pasa en la derechona de Vox. Es lo que tiene ganar y que las expectativas te favorezcan.