De acuerdo con el Estudio de Gestión del Riesgo de Crédito en España, el 47% de las firmas españolas afronta pérdidas de ingresos significativas a causa de la morosidad y el 26% registra un incremento de sus costes financieros. Además, el 14% se ve obligado a frenar su expansión comercial y el 11% a limitar sus nuevas inversiones.
La falta de control sobre la morosidad es un riesgo para la actividad empresarial. El incumplimiento de los pagos acordados genera importantes tensiones de liquidez y es especialmente desestabilizador en la operativa de las empresas de menor tamaño. Si se llega al impago de una venta a crédito comercial, la pérdida equivale a los costes de producción del producto. El impacto de un impagado comercial se acentúa cuanto menor sea el margen de beneficios, pues multiplica el número de ventas con clientes solventes necesarias para compensar la pérdida. Si una sociedad con un margen comercial del 10% sufre un impago de 10.000 euros, deberá generar nuevo negocio por 100.000 euros para compensar el impacto de los 9.000 en costes de producción.