El miércoles, se publicó el dato de inflación británica correspondiente al mes de febrero. La tasa alcanzó el 10,4%, un 0,6% por encima de lo esperado. Este dato ha caído como un jarro de agua fría en Threadneedle Street y ha dado un argumento de peso para este nuevo alza. “El comité ha votado en esta reunión subir los tipos de interés del banco en 25 puntos básicos, hasta el 4,25%. El dato de inflación subió de forma inesperada, pero es probable que baje abruptamente a lo largo del próximo año. La inflación del sector servicios ha ido en línea con lo esperado. El mercado laboral permanece ajustado y en el corto plazo, tanto PIB como empleo están de alguna forma mostrándose más fuertes de lo que se esperaba previamente. Aunque el aumento salarial ha sido más débil de lo esperado, las presiones inflacionistas siguen siendo elevadas”, escriben en su comunicado.