En concreto, los precios registraron las menores subidas en Luxemburgo (2%), Bélgica (2,7%), Dinamarca y España (ambas 2,9%). Por el contrario, las tasas anuales más altas tuvieron lugar en Hungría (21,9%), Polonia y Chequia (ambas 12,5%).
En comparación con abril, la inflación anual cayó en 26 Estados miembros y aumentó en uno. La inflación subyacente, es decir, dejando de lado el impacto de la energía y de los alimentos, el alcohol y el tabaco, se redujo hasta el 5,3% en mayo, desde el 5,6% del mes anterior, lo que representa el segundo mes consecutivo a la baja. Mientras, en toda la Unión Europea (UE), el Índice de Precios de Consumo (IPC) también se moderó, hasta el 7,1%, con lo que se acumulan seis meses de moderación.
Por componentes, la mayor contribución a la tasa de inflación anual de la zona euro provino de los alimentos, alcohol y tabaco (+2,54 puntos porcentuales), seguido de servicios (+2,15), bienes industriales no energéticos (+1,51) y energía (-0,09).
Precisamente esta misma semana, el Banco Central Europeo (BCE) ha actualizado sus previsiones macroeconómicas, en las que ha revisado al alza sus proyecciones de inflación. Espera que se sitúe, en promedio, en el 5,1% en 2023 y que vaya descendiendo hasta el 3% en 2024 y 2,3% en 2025. «Los indicadores de las presiones inflacionistas subyacentes siguen en niveles elevados, aunque algunos muestran señales incipientes de debilitamiento», señala.