A primera hora de este jueves, el precio del barril de petróleo Brent para entrega en diciembre avanza ese 4,75%, hasta situarse en los 65,94 dólares en el mercado de futuros de Londres. Rusia produce más de 9,5 millones de barriles cada día, casi el 10% de la oferta global. Las trabas al crudo ruso son vitales para reducir los ingresos de Moscú, pero también pueden generar violentos movimientos en la energía. No obstante, en este momento existe en el mercado un exceso de producción de crudo (superávit) que puede amortiguar parcialmente estas sanciones sobre Rusia.
Por su parte, el precio del petróleo intermedio de Texas (WTI, en inglés) también avanza en la apertura de este jueves el 5%, hasta los 61 dólares.
Las sanciones de EEUU contra los gigantes energéticos de Rusia están sacudiendo de lleno a la industria petrolera china, donde tanto las refinerías estatales como las privadas enfrentan una creciente presión para mantener el suministro y, al mismo tiempo, esquivar las penalizaciones, según revelan desde la agencia Bloomberg. Hasta un 20% de las importaciones de crudo de China —unos 2 millones de barriles diarios en los primeros nueve meses de este año— provienen de Rusia, lo que la convierte en una de las principales fuentes de petróleo para su procesamiento en productos como diésel, gasolina y plásticos.
La inclusión en la lista negra por parte de la administración Trump de Rosneft y Lukoil es la última de una serie de medidas adoptadas por EEUU, la Unión Europea y el Reino Unido contra los compradores de crudo ruso, destinadas a recortar las aportaciones a las arcas de Moscú y a su esfuerzo bélico en Ucrania. Según el Gobierno estadounidense, las transacciones con ambas compañías deberán concluir antes del 21 de noviembre.
El riesgo para China, así como para India —los mayores clientes de Rusia—, reside en sus relaciones con entidades sancionadas, lo que podría dejar a las compañías expuestas a severas sanciones secundarias. Entre ellas figuran quedar desconectadas de los sistemas bancarios occidentales y del acceso a dólares, o ser excluidas por los productores, comerciantes, navieras y aseguradoras occidentales que constituyen la columna vertebral del mercado mundial de materias primas.
Especial preocupación despierta el papel de las firmas occidentales como inversores y operadores en las principales regiones productoras de petróleo, como Oriente Medio y África, según los operadores. Las compañías chinas e indias que decidan seguir trabajando con firmas sancionadas corren el riesgo de ser apartadas o excluidas de numerosos proyectos. Si optan por cumplir con las sanciones, perderán el acceso a suministros de crudo con fuertes descuentos que han ayudado a mantener bajos los costes energéticos para la industria y los consumidores. Además, compradores fuera de China e India ya están lidiando con el impacto sobre Lukoil, que participa en el proyecto Basrah en Irak y en el Consorcio del Oleoducto del Caspio en Asia Central.