La novela policiaca se reinventa en cada autor, enriqueciendo el género que ya no es solo para pasar el rato con un problema ingenioso, sino que aporta mucho más. En el caso de Davide Longo, aporta literatura, no solo una trama bien pensada y propia del género, sino una construcción de lugares, de paisajes, de personajes y situaciones exquisitamente descritas y que le dan un valor en sí a la novela.
El personaje principal Corso Bramard persigue a un asesino múltiple, que mato a su mujer y en el asesinato se vio involucrada su única hija que desapareció en aquellos momentos. Corso es un hombre que soporta un dolor interior tremendo en los veinte años que han trascurrido desde aquellos momentos y en los que no ha dejado de investigar en las huellas del asesino. Ya no es inspector de policía, lo ha abandonado todo y vive solo, con la única amistad de su tío y se dedica a dar clases de literatura. Vive en un pueblo cerca de Turín y cerca de los Alpes y es un excelente escalador. Equilibrado, inteligente, justo y con buen corazón, educado y sobre todo intuitivo y tenaz
Pero el asesino no le deja y se comunica con él a través de cartas en las que escribe letras de canciones de Leonard Cohen. No ha cometido el menor error que haya permitido acercarse a él, pero casualmente aparece un pequeño fallo que permitirá resolver el caso. A Corso le ayuda el actual inspector de policía que se formó con él, Arcadipane dándole el apoyo que necesita y una jovencilla policia desarraigada y maleducada, Isa, que es la que maneja la informática. Estos dos personajes están también perfectamente caracterizados y el lector se siente cómodo presumiendo lo que van a hacer en cada momento. El asesino, del que no sabe su papel ni su móvil hasta bien avanzada la historia, es más ambiguo y hasta el final no se le puede identificar con claridad, lo que contribuye a forjar ese aspecto de cualquier novela policiaca, que es la sospecha, la incertidumbre.
Detrás de todos los asesinatos hay una extraña y turbia trama que se desvela y que tiene sus raíces en el pasado. Solo alguien con un gran sentido de observación y sentido estético sería capaz de desvelarla y esto es lo que hace Bramard.
Novela interesante tanto por la calidad de la escritura como por la forma de desarrollarla.