Un ejercicio, 2024, en el que la incertidumbre por los conflictos geopolíticos, tanto en Europa por la guerra en Ucrania como en Oriente Próximo, rodea de incertidumbre sus cálculos, dado el «frágil equilibrio» en el que se mantienen las principales economías, muy sensibles ante cualquier escenario adverso.
Estas perspectivas están en línea con lo previsto por organismos nacionales e internacionales. En sus previsiones publicadas la pasada semana la OCDE contemplaba que España crezca un 1,4% el año que viene, si bien daba la voz de alerta por la complicada reducción del déficit y la deuda que el país tiene por delante. Unos días antes, la Comisión Europea situaba también en el 2,4% el cálculo para este año y en el 1,7% el avance para el próximo. De cara al cuarto trimestre del año, los economistas consideran que la posibilidad de una recesión se está alejando, a la luz de los indicadores adelantados de confianza empresarial y del consumidor. Estos apuntan a una «ligera mejoría» en la desaceleración que estaban experimentando en los últimos meses tanto en la zona euro como en España.
«Los malos augurios de recesión previstos para el último trimestre parece que se están alejando, vislumbrando una ligera mejoría en la desaceleración, como consecuencia del empuje que está teniendo la demanda interna, por el incremento de la población activa con capacidad de consumo y la contención de la inflación, así como por la prolongación de la temporada turística, cada vez más desestacionalizada», subrayan el el documento. En noviembre prácticamente todos los indicadores han dado síntomas de mejora, salvo la industria. De acuerdo el índice de gestores de compra (PMI), que S&P Global y el Hamburg Commercial Bank hicieron público la semana pasada, el retroceso de la producción, los nuevos pedidos y la actividad de compras el mes pasado llevaron a la industria a racionalizar las operaciones de sus plantas, y tanto las existencias como el empleo se redujeron también.
Pese a su persistencia, la inflación también va dando síntomas de relajación, tanto en España como en la Eurozona, y la sitúan de media en el 3,7% este año, frente al 8,4% al que despidió el pasado ejercicio. En noviembre los precios se habrían incrementado un 3,2%, según el dato avanzado por Estadística, que apunta una revalorización de las pensiones del 3,4% el año que viene. Ese mismo mes la tasa anual de IPC se situó en el 2,4% en la zona euro. «Este diferencial en los precios con los países de la zona euro, nuestro principal mercado, unido a la situación de vulnerabilidad por al que están atravesando algunos países por los conflictos geopolíticos como Alemania, hacen que nuestras exportaciones se estén resintiendo», destaca el Consejo General de Economistas.
Los economistas recuerdan que la retirada paulatina de las medidas que se aprobaron para hacer frente a la crisis inflacionaria y energética (como la rebaja del IVA de la electricidad y el gas, o la de los productos de alimentación) hace difícil calcular el impacto sobre los precios.
Por lo qu ese refiere al mercado de trabajo, consideran que el empleo está dando «señales de resistencia». De forma que el paro se ha reducido en 24.573 personas en noviembre, hasta situarse en 2.734.831 desempleados. En lo que va de año, el paro se reduce en 102.822 personas, de acuerdo con los datos que han publicado este lunes el ministerio de Trabajo y el de Seguridad Social.
Prevén que la tasa de paro se mantenga en los niveles actuales hasta final de este ejercicio, en torno al 11,8%, y en relación al déficit y la deuda, su estimación es que el endeudamiento caiga nueve décimas en relación a su anterior cálculo, hasta el 108,6% y que el déficit público se modere hasta el 3,8% desde el 4,8% al que despidió el pasado ejercicio.