Durante el fin de semana, de hecho, la Casa Blanca confirmó que se impondrían duros aranceles del 25% a los productos canadienses y mexicanos, salvo al petróleo canadiense, al que se aplicaría un 10%. También se impusieron aranceles del 10% a China, que entrarán en vigor casi de inmediato (el martes 4 de febrero). En conjunto, se trata de una combinación que tiene poco sentido desde el punto de vista macroeconómico, salvo como palanca sobre otros objetivos políticos -una posibilidad que el propio anuncio de los aranceles insinúa con fuerza-. El dólar se disparó durante la sesión asiática a raíz de la noticia, y las divisas europeas (incluido el euro) se llevaron la peor parte. Las divisas de los mercados emergentes también se han visto muy afectadas, encabezadas por el propio peso mexicano.
Normalmente, las claves para los mercados esta semana habrían sido los datos de inflación interanual de la zona euro (lunes), la reunión del Banco de Inglaterra del jueves y la publicación de las nóminas de EE. UU. (viernes). Sin embargo, la guerra comercial de Trump -incluidos los anuncios de nuevos aranceles (se espera que en breve se impongan gravámenes a los productos de la UE) y cualquier indicio sobre las condiciones que exigirá Trump para aliviar la presión- eclipsarán todos los informes macroeconómicos ordinarios. Incluso después de las recientes caídas, la mayoría de las divisas siguen cotizando en niveles que sugieren que los mercados esperan que los aranceles draconianos duren poco. Esperemos que tengan razón.
EUR
La reunión de enero del Banco Central Europeo se ciñó fielmente al guión. El banco recortó los tipos 25 puntos básicos y dio a entender que sus miembros se sienten cómodos con las expectativas del mercado de otra reducción de tipos en marzo. Los datos de inflación de enero del lunes deberían tranquilizar aún más al Consejo de Gobierno, ya que se espera que el índice subyacente caiga al 2,6% y se acerque al objetivo del 2%.
Sin embargo, la guerra comercial de Trump hará que los titulares sobre los aranceles sean un factor mucho más importante en la cotización del euro que los informes macroeconómicos. De hecho, ya hemos visto una revalorización a la baja de los tipos de la zona euro en respuesta a las noticias del fin de semana, ya que los inversores se preparan para un crecimiento más débil en Europa y, por lo tanto, un BCE más pesimista.
USD
La reunión de la Reserva Federal de la semana pasada, de lo más anodina, se vio completamente eclipsada por la escalada de tensión que desembocó en la imposición de aranceles durante el fin de semana. Como consecuencia, el dólar ha repuntado con fuerza, y la semana pasada cotizó al alza frente a casi todas las divisas del mundo, con muy pocas excepciones. A diferencia de Europa, el mayor impacto económico de los aranceles en EE.UU. parece que será una mayor inflación y, en consecuencia, un FOMC más duro. Tal y como están las cosas, los futuros no están valorando totalmente el próximo recorte de la Fed hasta septiembre, con un segundo recorte al que sólo se le asigna una probabilidad de alrededor del 50%.
Esta semana, la atención macroeconómica se centrará en los datos del mercado laboral, como el informe JOLTS del miércoles y el informe de nóminas de enero del viernes. Los mercados esperan más datos que sugieran que la economía marcha a buen ritmo. Sin embargo, como en otras ocasiones, los titulares sobre aranceles probablemente abrumarán cualquier respuesta a los datos reales.
GBP
Reino Unido parece ocupar un lugar relativamente bajo en la lista de objetivos del republicano en materia de aranceles, lo que significa que la libra esterlina se está comportando mejor que otras divisas europeas. Trump dijo durante el fin de semana que el país británico estaba «fuera de lugar» con respecto a sus políticas comerciales, aunque también insinuó que se podría llegar a un acuerdo que evitara la imposición de aranceles. De hecho, Reino Unido tiene un superávit comercial considerable con Estados Unidos, que podría utilizarse para eludir los aranceles. La responsabilidad de llegar a un acuerdo recaerá en el Gobierno de Keir Starmer, que esta semana se encuentra en Bruselas con la intención de «reajustar» la relación de Reino Unido con la UE.
Se espera que el Banco de Inglaterra recorte los tipos en 25 puntos básicos el jueves, ya que prioriza el débil crecimiento sobre una inflación todavía elevada. No esperamos una decisión unánime, pero es posible que los votos y las comunicaciones del Comité de Política Monetaria reflejen el creciente pesimismo provocado por la guerra comercial de Trump, abriendo el camino a nuevos recortes más allá de los ya descontados.
JPY
Aparte del dólar, el yen ha sido la moneda del G10 que mejor se ha comportado en la última semana. Esto puede atribuirse en parte a la condición de valor refugio de la divisa, que tiende a proteger al yen durante periodos de elevada incertidumbre o temores acentuados sobre el crecimiento mundial. El presidente Trump y el primer ministro japonés Ishiba se reunirán en Washington el viernes, y es probable que las conversaciones sobre comercio ocupen un lugar destacado en la agenda.
Los mercados parecen optimistas de que Japón se librará de lo peor de las restricciones comerciales, lo que podría presentar un entorno favorable para el yen, sobre todo porque el Banco de Japón parece que seguirá subiendo los tipos en 2025. Esta semana se publicarán varios datos económicos, como las cifras salariales de diciembre del martes y los índices PMI de actividad empresarial del Banco Jibun del miércoles.
CNY
Las celebraciones del Año Nuevo chino suelen ser un periodo tranquilo y un descanso de las noticias económicas, pero no esta vez. Los aranceles del 10% impuestos por Trump a los productos chinos, que entrarán en vigor el martes, alteraron la calma y empujaron al USD/CNH por encima de la marca de 7,35 puntos. Incluso estos aranceles, bajos para los estándares de la retórica preelectoral de Trump, se dejarán sentir sin duda en las empresas chinas y los hogares estadounidenses, incluso antes de tener en cuenta cualquier medida de represalia. La atención se centra ahora en el impacto y la respuesta.
Habrá que estar atentos a las declaraciones oficiales para ver cuáles son las «contramedidas correspondientes» a las que se refirió el Ministerio de Comercio chino tras el anuncio de los aranceles. También se analizará el comportamiento del renminbi, especialmente tras la reapertura de los mercados continentales y la reanudación de las operaciones en yuanes el miércoles. Nos interesa especialmente ver hasta qué punto las autoridades están abiertas a un tipo de cambio más débil y si anuncian medidas adicionales para suavizar el golpe a la economía china.