Y lo mas curioso es que desde el propio ministerio no lo ocultan y reconocen que para que la reforma sea eficaz, es necesario, de entrada, que el mercado de trabajo español evolucione hasta ser homologable a los mercados del entorno europeo, algo que, según ellos, y por favor no suelten la carcajada, conseguirá la reforma laboral consensuada a finales de 2021 en el seno del diálogo social con el apoyo de sindicatos y patronales. Es decir, estos muchachos y muchachas capitaneados por Escriva se creen a pies juntillas, todas las mentiras que nos sueltan desde La Moncloa y que recogen y con las que nos machacan las terminales mediar¡tío as del Gobierno.
Nadie se acuerda ya de los líos con los fijos discontinuos que, finalmente, han engordado la cifra de parados hasta superar los tres millones y eso no es nada con la que se nos avecina esta primavera con la subida, a partir del 1 de abril, de las cuotas empresariales a la Seguridad Social, como consecuencia de esta misma reforma de pensiones . Y es que los empresarios ya han hecho sus cuentas y a muchos los números no les salen, con lo que e,l crecimiento del empleo se puede terminar siendo una utopia histórica
Así las cosas no es de extrañar que desde Trabajo, que se marcó el claro objetivo de reducir la temporalidad que caracterizaba al escenario español, se hayan olvidado de las cifras de verdad, en las que la creación no existe, sino mas bien todo lo contrario.
Y a todo esto falta que se discuta en las Cortes y si se hace como Dios manda la reforma puede incluso quedar en nada por los plazos que este proceso de discusión de una ley comporta. Pero, también es posible que se quede decreto y todo sea mas rápido, aunque el PP anuncia que si llega al poder lo anulara, cosa que ha enfadado a Escrivá un montón, ya que en su opinión, la reforma «culmina la modernización de nuestro sistema de pensiones»; «blindamos el poder adquisitivo de todos los pensionistas presentes y futuros», destacó, para agregar que el decreto «garantiza pensiones, asegura poder adquisitivo» y, todo ello, «en un marco de sostenibilidad absolutamente robusto».
Ojalá tenga razón, pero todo apunta a que no.