Este repunte del gasto obedece al mayor número de pensiones que paga el sistema y a su mayor cuantía. La pensión media de entrada al sistema se situó al finalizar 2022 en 1.162,4 euros al mes por catorce pagas y la de jubilación en 1.426,75 euros, por encima de los 1.096,3 euros y los 1.261,37 euros de las pensiones medias del sistema y de jubilación, respectivamente. El proceso de envejecimiento que deberá afrontar la sociedad española por la ampliación de la esperanza de vida y la llegada de los ‘baby boomers’ a la edad de jubilación elevará el número de pensiones desde los 10 a los 15 millones, con una tasa de carecimiento medio anual del 1,5% en el periodo 2025-2048.
Esta tasa supera al crecimiento potencial de la economía española en el periodo 2027-2070, estimado en un 1,3% anual, con lo que el IEE considera «previsible» que el gasto en pensiones sobre el PIB vaya en aumento en los próximos años. Este «intenso» envejecimiento de la población española hará que «empeore significativamente» la tasa de dependencia, es decir, la relación entre el número de pensiones y el número de personas en edad de trabajar, de forma que ésta pasará desde el 30% a un porcentaje de entre el 52% y el 56%.
Dicho de otro modo, el esfuerzo que deberá realizar cada cotizante para pagar las obligaciones en pensiones aumentará «significativamente», pues cada potencial cotizante tendrá que hacerse cargo de 0,6 pensiones en 2050, frente a 0,3 en 2019.