El análisis de los datos de CaixaBank revela que el apagón del 28 de abril provocó una caída del 34% en el gasto de consumo de los hogares españoles ese día, como resultado de la contracción del consumo mediante los principales métodos de pago: presencial con tarjeta, reintegros y electrónico.1 Sin embargo, en los días posteriores, se observó un efecto rebote significativo: el gasto se incrementó por encima de los niveles habituales, lo que sugiere que parte del consumo se desplazó a los días siguientes.2 En conjunto, estimamos que más de la mitad del gasto no realizado el día del apagón fue recuperado en los dos días siguientes, lo que redujo el impacto neto a una caída del 15% del gasto esperado para ese lunes. Esta cifra es resultado de la comparación de la evolución del gasto presencial en tarjetas, las retiradas de efectivo y el consumo online del día del apagón y de los días posteriores con el patrón de gasto habitual de los lunes, y con el gasto observado en las zonas en las que no se produjeron cortes de electricidad.
Desde una perspectiva macroeconómica, el apagón tuvo un efecto limitado sobre la actividad. Según nuestra estimación, este provocó una caída del 15% del consumo de los hogares. Dado que este componente representa aproximadamente el 55% del PIB, esta contracción equivaldría a una reducción del 8% en el PIB diario.3 A nivel trimestral, el efecto neto sobre el PIB del 2T sería inferior a 1 décima porcentual, menos de 400 millones de euros.4 Esta cifra sugiere que, si bien el apagón tuvo un coste económico relevante a corto plazo, su incidencia en el crecimiento trimestral será marginal.
1. No encontramos un impacto significativo del apagón en el consumo mediante recibos o transferencias.2. Parte del gasto en los días posteriores, en particular las retiradas de efectivo, también podría deberse a un motivo preventivo o de acopio
adicional.3. En este análisis, suponemos que el resto de los componentes del PIB (consumo público, inversión, exportaciones e importaciones) no estuvieron afectados por el apagón.4. Equivalente a 2 centésimas del crecimiento del PIB anual.
El impacto del apagón en el consumo de los hogares fue distinto para cada método de pago durante el lunes 28 de abril y los dos días posteriores. Estimamos que el impacto del apagón en el gasto presencial con tarjeta de los españoles en la península fue del 42%. Este resultado se obtiene comparando la distinta evolución del gasto presencial el día 28 en el territorio peninsular respecto al no peninsular.5 Dado que el gasto presencial suele comportarse de manera muy similar en ambos territorios, utilizamos este diferencial como aproximación del impacto en el gasto presencial.6 En los dos días posteriores al apagón, el gasto presencial con tarjeta en el territorio peninsular fue superior a la referencia que nos ofrecen los territorios que no experimentaron el corte de electricidad.7 Teniendo en cuenta el rebote, el impacto del apagón se reduce a una caída del 18% del consumo que habría cabido esperar en la península el día del apagón.
5. Concretamente, llevamos a cabo un ejercicio de diferencias en diferencias comparando la distinta evolución del gasto presencial con tarjetas en ambos territorios el día del apagón con el promedio de los lunes del 1 de marzo al 25 de abril.6. En el conjunto de España, el impacto del apagón en el gasto presencial con tarjetas fue del 39%.7. A partir del día 1 de mayo, las diferencias en el patrón de gasto de los dos territorios se reducen al mínimo, de modo que situamos el fin del rebote en el día 30 de abril.
El comercio electrónico de los españoles cayó respecto a un día normal tanto en la península como en el resto del territorio, en este último caso probablemente a causa de la caída de los servidores alojados en territorio peninsular. Teniendo en cuenta la caída en ambos territorios y ponderando cada región por su peso en el PIB, la caída del gasto online generada por el apagón se sitúa alrededor del 54% en todo el territorio español. La recuperación en los dos días posteriores al apagón sitúa su impacto neto en una caída del 28%.
Los reintegros de los españoles en la península cayeron un 34% respecto al promedio habitual de retiradas de efectivo de los lunes de marzo y abril de 2025.8 Para este método de pago, tomamos como referencia el promedio habitual de reintegros de marzo y abril, puesto que el día del apagón se produjo un repunte de las retiradas de efectivo en los territorios no peninsulares, por motivos de precaución, que no permite una comparativa entre ambos territorios. En los dos días posteriores al apagón, los reintegros también fueron superiores a lo habitual, en parte para normalizar las tenencias de efectivo. En este caso, suponemos que el gasto en efectivo se recuperó en consonancia con lo observado en el gasto presencial, lo cual sitúa el impacto neto del apagón en una caída del 15%.
Así, teniendo en cuenta el descenso estimado del gasto con los tres medios de pago descritos y que el gasto mediante transferencias y recibos no sufrió un impacto material, estimamos que el conjunto del gasto en toda España durante el día del apagón se situó un 34% por debajo de lo que cabía esperar para ese día.9 En los dos días posteriores al apagón, el repunte en el consumo compensó casi la mitad de la bajada observada dicho día, llevando así la caída neta del total del gasto en España al 15% del nivel esperado.
8. En el conjunto de España, el impacto del apagón en los reintegros fue del 32%.9. Ponderamos la caída en el consumo mediante cada método de pago por su peso en el consumo.
El zoom del impacto del apagón por hora, sector económico y CC. AA. nos muestra diferencias remarcables dentro del territorio español. El patrón de consumo por hora en un día habitual muestra dos picos: hacia las 12 del mediodía y entre las 18 y las 19 horas. El patrón de gasto presencial con tarjeta en la península fue prácticamente el mismo al del promedio de los lunes de marzo y abril en las horas previas al apagón. Sin embargo, a partir de las 12:30 horas se observa una importante caída del consumo mediante este método de pago, que no se recuperó en lo que quedaba de día.
La evolución del consumo por horas permite asimismo entender el impacto diferencial entre sectores. Las diferencias entre estos se explican tanto por la magnitud de la caída inicial como por el grado de recuperación observado a partir de las 18 horas. En el caso de los bienes de primera necesidad, el impacto fue del 34%, el menor entre todos ellos, ya que la caída inicial fue más moderada, y por la tarde el gasto se estabilizó en un nivel superior al de los otros sectores.10 En cambio, el gasto en ocio y hostelería sufrió el mayor descenso, con una caída del 52%, en parte porque no se produjo una recuperación por la tarde.
Cabe señalar que no observamos los pagos en efectivo en los establecimientos, por lo que el impacto observado en los distintos sectores podría haber sido inferior.
El apagón provocó una caída generalizada del consumo en todas las CC. AA., aunque su impacto fue heterogéneo.11 Como podemos ver en el último gráfico, el día 28 el consumo cayó entre un 30% y un 40% en la mayoría de las regiones. El repunte en los dos días posteriores compensó parte de la caída en el consumo observada el 28 de abril en todas las CC. AA., pero con distinta intensidad. Algunas comunidades de la zona centro y el noreste de la península recuperaron más del 60% del consumo en los dos días posteriores, mientras que Galicia, por ejemplo, recuperó un 30% del consumo perdido ese día.
En definitiva, el análisis de datos transaccionales nos ha permitido estimar con poca latencia el impacto económico del apagón del 28 de abril, revelando una caída significativa pero transitoria del consumo. La rápida recuperación del gasto en los días posteriores muestra cómo la capacidad de adaptación por parte de los hogares y del tejido productivo ha contribuido a limitar el efecto macroeconómico del suceso. Este tipo de análisis refuerza el valor de los datos en tiempo real para evaluar con agilidad eventos inesperados y su repercusión sobre la actividad económica.