Los datos son mas que espeluznantes y afectan tanto a la macro como a la micro, es decir, nadie se va a escapar de tener que reajustar sus gastos y, como no, ejercer un control especial sobre cada euro que salga de la caja.
Las cifras y cálculos son todavía prematuros porque los mercados de futuro que afectan a las materias primas energéticas, gas y petróleo, no terminan de cerrarse, pero desde CaixaBank Research calculan que un alza media anual de 10 dólares por barril del petróleo y de 30 euros/MWh en el del gas conllevaría (suponiendo que la demanda de ambas materias primas no fuera capaz de ajustarse a este encarecimiento de precios a corto plazo) un alza de las importaciones netas de cerca de 8.100 millones de euros, el equivalente al 0,6% del PIB.
En concreto, hoy mismo, el gas natural TTF para entrega el próximo mes alcanza los 43 euros por megavatio-hora (MWh). Es decir, en la jornada de este lunes el precio ha aumentado en un 7,3%, hasta alcanzar una cotización de unos 43,7 euros/MWh al cierre. Y esto es solo el comienzo.
Pero ahí no acaban los problemas, todos los usuarios saben que el precio de los carburantes acumula once semanas consecutivas de incremento y la última subida no ha extrañado a nadie aunque sí ha situado los precios en un nivel que no alcanzaba desde noviembre pasado, cuando aún estaba vigente la bonificación de 20 céntimos por litro aprobada por el Gobierno.
Asi que en estos momentos y previendo los incrementaos de los próximos meses y la reducción del llamado escudo social de Calviño las previsiones son terroríficas. Solo queda un rayo de esperanza, que Calviño cumpla lo anunciado en el Consejo de Ministros de hoy de que el Gobierno tomará las «decisiones oportunas», asegurando que el objetivo es que el país siga adelante con la senda de consolidación del IPC, teniendo en cuenta las medidas «más adecuadas» en cada momento. Si eso es así, estaremos salvados, de lo contrario esto puede ser una ruina