Los datos macroeconómicos (especialmente el empleo) sugieren que la actividad económica se está ralentizando en Estados Unidos pero que no dará paso a una recesión, y es eso lo que mantiene el tono positivo entre los inversores, ya que se anticipan a las bajadas de tipos de interés que realizarán los bancos centrales. El S&P 500 cerró en los 5.567,19 puntos con un +1,95% de ganancia semanal, nuevamente en máximos históricos, donde las subidas las volvieron a liderar los valores tecnológicos. Reflejo de esto es la subida del +3,60% del Nasdaq 100. En Europa las alzas fueron más moderadas, con unos mercados que se mantenían a la expectativa sobre el resultado electoral en Francia, con lo que el Euro Stoxx 50 cerraba anotándose una subida del +1,74% y el Ibex 35 del +0,72%.
La reacción de los inversores de renta fija fue idéntica a la de la renta variable, es decir, esa mayor visibilidad sobre la potencial bajada de tipos por parte de la FED animó el mercado de bonos con compras que dieron como resultado que el Treasury a 10 años cediera 11 puntos básicos hasta el 4,28%, con un bono español que lo hacía de manera muy parecida bajando su rentabilidad en 9 puntos básicos hasta el 3,32%. En Alemania, el Bund veía como aumentaba su rentabilidad hasta el 2,55%, mientras el ruido generado en Francia con las elecciones y el resultado de la primera vuelta, propiciaba cierto movimiento defensivo entre los inversores.
En cuanto a las materias primas, el oro reflejaba en su cotización las nuevas previsiones sobre política monetaria con alzas significativas, anotándose un +2,44% en la semana y cerrando a las puertas de los 2.400$/oz. La reacción es la prevista ya que, si la FED bajara en dos ocasiones los tipos de interés en 2024, el BCE tendría margen para volver a reducir su tipo base haciendo más atractiva la inversión en el metal precioso. Por su parte el Brent no pudo con la zona de los 87-88$/b a pesar de los miedos crecientes de que la producción se vea afectada por los incendios que están afectando a Canadá y por la temporada de huracanes en el golfo de Méjico. Esta semana conoceremos los informes mensuales tanto de la OPEP como de la AIE, que nos darán una indicación de cómo ven estos organismos la demanda de crudo para los próximos trimestres.
A nivel macroeconómico lo más destacable de la semana fueron los datos de empleo en EE.UU., donde las nóminas agrícolas privadas mostraron una caída importante hasta las 136.000 frente a una estimación de 160.000 y el dato anterior de 193.000. La señal enviada a los inversores es que el mercado laboral se está enfriando, ya que la tasa de paro subió hasta el 4,1%, su nivel más alto desde finales de 2021. En Europa tanto el IPC como la tasa de paro estuvieron totalmente en línea con lo previsto, es decir, +2,5% y 6,4% respectivamente.
En la presente semana tendremos pocas referencias macro y las más importantes llegarán a partir de mañana miércoles: i) el IPC y los datos de importaciones y exportaciones en China ii) en Europa no se publicarán referencias relevantes y la atención se centrará en conocer el futuro gobierno en Francia y, iii) en Estados Unidos, el miércoles Jerome Powell comparecerá ante la comisión bancaria del senado (pistas sobre tipos de interés), el jueves conoceremos los datos de inflación y el viernes las estimaciones de la Universidad de Michigan sobre la confianza del consumidor y sus estimaciones de inflación. Pero lo más importante y que atraerá la atención de los inversores será el inicio de la temporada de presentación de resultados correspondientes al segundo trimestre de 2024. Los más destacados esta semana serán los de Citigroup, JP Morgan Chase, BNY Mellon y Wells Fargo, cuatro de los grandes bancos estadounidenses.