Así, el crecimiento del PIB en el conjunto de 2024 fue de un 2,8%, tan solo 1 décima por debajo del crecimiento de 2023. Esta fortaleza exhibida por la economía estadounidense en 2024 se debió principalmente al buen comportamiento de la demanda interna, impulsada por el crecimiento del consumo privado (a su vez apoyado por la robustez del mercado laboral) y de la inversión.
Dato
En el 4T 2024, el PIB de EE. UU. creció un 0,6% intertrimestral (2,3% en términos anualizados y desestacionalizados) vs. el +0,8% (3,1% anualizado) en el 3T. Así, el crecimiento del PIB en el conjunto de 2024 fue de un 2,8%, tan solo 1 décima por debajo del crecimiento de 2023.
Valoración
Según el primer avance publicado, el PIB estadounidense avanzó un notable 0,6% intertrimestral (2,3% anualizado) en el 4T 2024, moderándose 0,2 p. p. frente al ritmo de crecimiento observado en el trimestre anterior. Este resultado estuvo prácticamente en línea con las expectativas del consenso de analistas (0,6%) y las proyecciones de los nowcasts de la Fed (0,57% de la Fed de Atlanta y 0,63% de la Fed de Nueva York). Esta fortaleza exhibida por la economía estadounidense en 2024 se debió principalmente al buen comportamiento de la demanda interna, que aportó 3,1 p. p. al total del crecimiento del año. En general, el perfil de crecimiento mostró una economía saludable: el crecimiento del consumo privado y de la inversión avanzaron, mientras que el del consumo público, que siguió mostrando dinamismo, se moderó. En cambio, la demanda externa restó 4 décimas al PIB (tras haber aportado ligeramente el año anterior) debido a un mayor crecimiento de las importaciones, pero que a la vez es una señal positiva adicional de la demanda interna. Con respecto al 4T, el crecimiento del PIB en el último trimestre del año se debió prácticamente en su totalidad al consumo privado, que creció un 1,0% intertrimestral vs. un 0,9% en el trimestre anterior.
El consumo público se moderó significativamente del 1,3% al 0,6%, aportando en menor proporción que en los trimestres anteriores, mientras que la inversión se contrajo 1 décima. La contribución de la demanda externa fue nula, por una leve caída tanto de las exportaciones como de las importaciones, y una menor acumulación de los inventarios restó al crecimiento del trimestre. La moderación del crecimiento del 4T no fue una sorpresa, considerando que los meses electorales supusieron un ambiente cargado de incertidumbre y que, además, las disrupciones causadas por fenómenos naturales y diversos parones en la manufactura (por ejemplo, la huelga en la fábrica de Boeing) mermaron en la actividad inversora. Sin embargo, un crecimiento del 0,6% representa niveles por encima de crecimiento potencial y confirma la solidez de la economía estadounidense.
Los datos disponibles hasta ahora sugieren que la actividad arrancó 2025 con buen pie. En particular, el PMI compuesto de enero se mantuvo cómodamente en terreno de expansión (52,4), si bien notó un descenso por una moderación del componente de servicios (de 56,8 en diciembre a 52,8), pero fue contrarrestado por un repunte del de manufacturas hasta los 50,1 (por encima de 50 [nivel que delimita expansión de contracción] por primera vez desde junio de 2024). A su vez, la confianza del consumidor se mantuvo en enero a niveles similares al observado en promedio en 2023. La economía enfrentará nuevos retos en 2025, con una nueva Administración en la Casa Blanca cuyas políticas económicas, y su posible impacto en la actividad, están todavía pendientes de esclarecimiento y calibración.
La incertidumbre es todavía elevada.
Por otro lado, el mercado laboral continuará siendo un soporte clave para el buen desarrollo del consumo privado, y el inicio de la distensión monetaria, y su posible continuación en 2025, supondrá un factor adicional de apoyo a la economía. El dato se publicó el día después de que la Fed decidió dejar sin cambios los tipos de interés, y la fortaleza de la actividad en el conjunto de 2024 demostrada por el dato del PIB confirmó en los mercados que la Fed no tendrá prisa en volver a bajar tipos. Así, las expectativas descontadas en los mercados de futuros monetarios se mantuvieron en dos bajadas en 2025 (en junio y diciembre), los tipos de interés de los treasuries apenas se movieron y las bolsas americanas cerraron al alza con el foco puesto en el sector tecnológico. Los mercados europeos, por su parte, estuvieron más atentos a la decisión de política monetaria del BCE, anunciada pocas horas antes de la publicación del PIB de EE. UU.