«Hoy somos testigos de frecuentes e injustos intentos de deslegitimación del Poder Judicial, protagonizados en ocasiones por representantes de los poderes públicos, a quienes la efímera tribuna de que disponen les facilita la diatriba. Lo vimos el martes en el Congreso y en el Senado, por favor, rebajen la tensión, déjennos en paz», ha indicado durante la entrega de los XVIII Premios del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género.
No obstante, también ha querido mandar un mensaje a los vocales del CGPJ: «Desde dentro también asumamos nuestra neutralidad, a menudo distorsionada». En este sentido, ha recalcado que «la independencia judicial es bidireccional». «No a las injerencias suyas en lo nuestro, pero tampoco a las nuestras en lo suyo», ha subrayado.
A su juicio, «estos episodios tienen un efecto devastador, al minar la confianza de los ciudadanos en la Justicia», por lo que ha reivindicado que «ningún poder del Estado puede ser cómplice de estas campañas, ni con sus actitudes ni con sus silencios».
A este respecto, ha vuelto a denunciar las comisiones de investigación recién creadas en el Congreso para detectar supuestos casos de lawfare, y ha afirmado que «ningún juez puede ser emplazado por comisión alguna para justificar en una sede extravagante su proceder jurisdiccional».
«Esta vía implicaría un choque que se adivina brutal entre poderes del Estado necesariamente llamados al respeto mutuo, nunca a la confrontación», ha subrayado. Igualmente, ha reseñado que su llamamiento a «diluir la tensión», si bien se ha mostrado consciente de que el camino hacia la «concordia» que pretende «no goza de excesivos transeúntes».
En este contexto, Guilarte ha vuelto a «clamar por una adecuada renovación del Consejo» que garantice que el próximo que se nombre sea «independiente», «de forma que pueda destinar íntegramente sus afanes a los fines que le son propios». Pese a todo, Guilarte se ha negado a dar «una imagen de derrotismo», optando por «un mensaje esperanzador» porque «la sociedad debe seguir confiando en que las instituciones, y por encima de todas, el Poder Judicial, no cejarán en su empeño».
Acerca de la situación excepcional en la que se encuentra el órgano de gobierno de los jueces, Guilarte también ha aseverado que «los premiados, especialmente ellos, se merecerían que este acto lo dirigiera un presidente con una legitimidad plena y no prorrogada. Lamento que por razones por las que sea ajeno, no sea así». «El camino hacia a la concordia que he emprendido para evitarlo no goza de excesivos transeúntes», ha zanjado.