Cuidado, no es que no tenga solución, que no es el caso, sino que el personaje que debería de dar el primer y único paso para que terminara, es incapaz de hacerlo, porque su propio ADN se lo impide. Nadie que conozca a Sánchez, al menos a los que desde estas páginas se han contacto, asumen que el actual presidente del Gobierno no es capaz de dar explicaciones de unos hechos tan llenos de porquería que le llevarían a una única salida, la dimisión.
En ese contexto, los esfuerzos de Feijoo, líder de la oposición por encontrar un camino de salida son baldíos. Sus intenciones son, simplemente, eso, buenas intenciones de una buena persona pero que chocan contra un muro que es la falta de ética y moral de don Pedro.
Por mucho que el señor Feijoo diga o sugiera que, “»el presidente tiene que comparecer en la Cámara y dar, además, una rueda de prensa abierta a preguntas y explicar todo lo que ha ocurrido. Y si no lo explica y no da ni media explicación, ni media disculpa, es evidente que nuestra función democrática es investigar y llegar hasta el final. Insisto, no quiero llamar a la mujer del presidente del Gobierno salvo que el presidente del Gobierno me obligue», es una perdida de tiempo.
Por mucho que desde las filas populares se comente y filtre que la estrategia de Feijóo busca dar tiempo al jefe del Ejecutivo para que dé las explicaciones que se le reclaman y, de no hacerlo, los populares `puedan modificar esta estrategia y modificar el listado que han presentado y así citar a comparecer a quien consideren oportuno es probable que haya causado más de una carcajada en La Moncloa y/o sus aledaños de los Bolaños de turno.
Con Sánchez cualquier formulismo o comportamiento ético salta por los aires, el propio personaje lo ha admitido, así que no hay que llamarse a engaño, solo dejara de dormir en La Moncloa cuando lo echen. Todo lo demás es una pérdida de tiempo y ¡ojo¡ utilizara todos los recursos a su alcance, lícitos o no, para conservar el sillón.