Las monedas latinoamericanas incluyen a cuatro de las cinco divisas con mejor desempeño este trimestre, que se han beneficiado de la baja volatilidad y las altas tasas de interés. Pero ahora que los costos de endeudamiento están a punto de empezar a bajar, probablemente a partir del próximo mes en Chile y luego en Brasil, ello podría significar el fin del repunte generalizado.
El peso mexicano y el real brasileño “ya alcanzaron nuestro objetivo y soy un poco escéptico con respecto a nuevas alzas, ya que lo más probable es que ambos bancos centrales comiencen a recortar las tasas en el segundo semestre y también hay riesgos a la baja a mediano plazo”, dijo Esther Reichelt, estratega de Commerzbank en Fráncfort. “Para mí, son más una bien un mantener por ahora”.
Los mercados ya se han vuelto contra el peso chileno, apostando a que los responsables de la política monetaria podrían iniciar el ciclo de relajación el próximo mes, con más de 3 puntos porcentuales de recortes en el año. Datos económicos más débiles de lo esperado y la desaceleración de la inflación han allanado el camino hacia la relajación monetaria. Al mismo tiempo, la caída de los precios del cobre ha tenido un impacto sobre la moneda, con una recuperación económica de China que ha sido decepcionante. La combinación de factores negativos podría dejar al peso, que ha caído alrededor de un 1% este trimestre, bajo mayor presión.
En Perú, el repunte del 3,6% del sol este trimestre fue impulsado por la noticia de que la presidenta Dina Boluarte permanecerá en su cargo hasta 2026, calmando así años de agitación política. Sin embargo, puede que se trate de un impulso puntual, y dado que el gobernador del banco central, Julio Velarde, ha declarado que los recortes de tasas podrían comenzar en los próximos meses, el alza del sol ya se está desvaneciendo.
También es probable que el peso colombiano se estabilice en torno a los niveles actuales, tras un repunte récord del 17% este año, impulsado en parte por los flujos corporativos estacionales vinculados a una ventana de pago de impuestos.
Aunque el peso chileno y el sol peruano podrían debilitarse ante los inminentes recortes de tasas, otras divisas “aún pueden alcanzar nuevos máximos antes de que empiecen a bajar las tasas de interés”.
El peso mexicano ofrece la mejor relación carry/volatilidad de la región, con una volatilidad implícita a un mes hasta 300 puntos básicos por debajo del real brasileño. Las oscilaciones más leves, junto con la alta liquidez, las fuertes remesas y el denominado proceso de nearshoring, mantendrán a flote al peso. Las exportaciones de México ascendieron a US$52.900 millones en mayo, las segundas mayores registradas, gracias a que las empresas locales trabajan para abastecer el mercado de consumo estadounidense.
En cuanto a Brasil, la mayor economía de la región, recortes de tasas mayores de lo esperado son el mayor riesgo para la continuación del repunte del real. Aun así, las acciones locales baratas, que podrían beneficiarse del ciclo de relajación, tienen potencial para mantener las entradas de dólares. Solo en junio, el índice bursátil Ibovespa registró entradas netas de extranjeros de US$1.600 millones, según datos de la bolsa local.
Además, la aprobación de un nuevo marco fiscal y la perspectiva de un gasto público frugal hacen del real una apuesta atractiva a mediano plazo.