En esas fechas, los promotores de proyectos podrán presentar sus solicitudes para optar a probarlos en el ‘sandbox’, iniciativa que el Gobierno aprobó en febrero de 2019, sumándose así a unos pocos países europeos que lo habían implementado en su ordenamiento jurídico.
Para acceder al ‘sandbox’, los proyectos deben aportar innovación de base tecnológica aplicable al sistema financiero, encontrarse lo suficientemente avanzados para probarse y que aporten valor añadido sobre cumplimiento normativo, beneficios de los usuarios de servicios financieros, un aumento de la eficiencia de las entidades o mercados financieros, o aportar mecanismos para mejorar la regulación o supervisión financiera.