Un 24% la califica como “mucho peor” y un 31%, como “algo peor”. Uno de cada cuatro (25%) cree que la situación es similar, y solo un quinto (20%) opina que ha mejorado. Es uno de los resultados de la Encuesta Funcas sobre Economía y Finanzas del Hogar (2025), Los resultados de la encuesta de Funcas muestran una ciudadanía preocupada por el rumbo de la economía, más por la nacional que por la propia. A pesar del crecimiento del PIB y del empleo, la opinión pública no acaba de percibir esta mejora de forma generalizada y se observa un amplio consenso sobre el deterioro del poder adquisitivo, la subida del coste de la vida y el incierto futuro de los jóvenes.
Cuando se pregunta a los encuestados por las razones de su valoración, tanto quienes opinan que la situación económica de España ha mejorado como quienes creen que ha empeorado mencionan, sobre todo, a las políticas públicas, muy por encima de causas como el contexto internacional, las decisiones de la sociedad en general o la gestión empresarial.
• A pesar del crecimiento del PIB y del empleo, hay un amplio consenso sobre el deterioro del poder adquisitivo y el incierto futuro de los jóvenes
• El 34% considera que la situación económica del propio hogar es peor que antes de la pandemia, pero el 66% señala que es igual o mejor
• El 90% cree que los salarios están perdiendo poder adquisitivo y el 70% percibe que paga más impuestos
• La autoubicación ideológica explica gran parte de las diferencias en la percepción de la evolución de la economía, tanto la personal como la nacional: en la izquierda predominan los juicios positivos, en el centro y en la derecha, los negativos
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El posicionamiento ideológico muestra una influencia marcada en la valoración de la evolución de la situación económica general desde antes de la pandemia. En las posiciones más a la izquierda, los juicios positivos superan a los negativos: un 38% considera que la economía ha mejorado, y cerca del 30% cree que ha empeorado. Sin embargo, ya desde de las posiciones centrales, el porcentaje de quienes piensan que la economía ha empeorado aumenta hasta alcanzar el 76% en las posiciones más a la derecha.
Con respecto a la percepción de la evolución de la situación económica del hogar desde antes de la pandemia, el porcentaje de quienes la perciben como peor (34%) es inferior al que opina lo mismo de la economía nacional (55%). Además, el 66% piensa que su situación es similar (44%) o mejor (22%) que la que tenían en 2019. Las diferencias de opinión más relevantes se observan por grupos de edad. Casi cuatro de cada diez entrevistados entre los 35 y los 54 años creen que su situación económica ha empeorado, más que entre los jóvenes (34%), los cercanos a la edad de jubilación (32%) y, sobre todo, los de 65 años y más (27%).
“Que los entrevistados se muestren más positivos con su situación personal que con la economía nacional es un patrón habitual, como se ha observado en los barómetros del CIS o en estudios previos de Funcas: al valorar la marcha del país las personas tienden a incorporar la pluralidad de realidades y problemas sociales, y no solo a ceñirse a los factores que les afectan directamente”, explica Miyar, directora de Estudios Sociales de Funcas.
La inflación se posiciona como la principal causa del malestar, a través de sus efectos en el poder adquisitivo. Así, el aumento de los precios es la razón más mencionada del empeoramiento de la situación económica del hogar (85%), seguida por la subida de impuestos (42%). A bastante distancia aparecen motivos más específicos del hogar como el empeoramiento de la estabilidad laboral de algunos miembros (12%), la reducción de salarios (12%), los gastos imprevistos (11%) o la pérdida de empleo de algún integrante del hogar (9%).
Según la autoubicación ideológica de los entrevistados, en las posiciones más a la izquierda, son tantos los que afirman que la situación económica de su hogar ha mejorado como los que dicen que ha empeorado. El único segmento en que predominan las percepciones positivas es el identificable como el centro-izquierda. Desde el centro hacia la derecha prevalecen las percepciones negativas.
Cuatro de cada diez entrevistados admiten dificultades para llegar a fin de mes, pero seis de cada diez llegan con facilidad, en distintos grados. La edad se asocia con esas percepciones, resultando llamativa la situación del segmento de 35 a 54 años, en el que son tantos quienes llegan a fin de mes con dificultad como quienes lo hacen con facilidad. También lo hace la situación del hogar: quienes conviven con niños pequeños reconocen una mayor vulnerabilidad económica. Los más jóvenes (de 18 a 34 años) y, especialmente, los mayores de 64 años refieren más facilidades para llegar a fin de mes.
La percepción del comportamiento de los salarios en España es claramente negativa. Solo un 2% cree que están subiendo por encima del coste de la vida, y un 8% cree que lo hacen al mismo nivel. En contraste, el 90% sostiene que están perdiendo poder adquisitivo: el 61% cree que suben por debajo del coste de la vida; el 21%, que no suben, y por lo tanto valen menos; y el 8% restante cree que están disminuyendo. El consenso en esta opinión es tan amplio que apenas presenta diferencias según la autoubicación ideológica.
También hay un claro acuerdo con la percepción de que los impuestos han aumentado desde antes de la pandemia. El porcentaje de entrevistados que afirma que han bajado apenas supera el 1%, y casi tres de cada diez creen que son “aproximadamente los mismos”, mientras que el 70% piensa que han aumentado: para un 36% son “algo mayores” y para un 34%, “mucho mayores”.
En cuanto a las partidas de gasto público, en general, se observa una disposición amplia a pagar algo más o bastante más impuestos para financiar un mayor gasto en una serie de partidas presupuestarias, aunque varía de unas a otras. Se observa una notable disposición a pagar bastantes más impuestos para financiar un mayor gasto en sanidad (46%), educación (40%) y cuidados a los mayores (33%), pero un apoyo limitado a partidas como la de defensa (10%) o la de promoción de la natalidad (16%).