La manipulación de las instalaciones eléctricas para cometer fraude es, según ha señalado recientemente la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC), un problema en aumento en los últimos tiempos que perjudica a todos los consumidores y genera riesgos para la seguridad ciudadana.
Detrás del fraude eléctrico hay un riesgo evidente de electrocución e incendio que puede afectar no sólo al que realiza la manipulación de las instalaciones, sino a las personas que están a su alrededor. En los últimos años, se han registrado sucesos muy graves que han provocado heridos e incluso muertes por la alteración de las instalaciones eléctricas para el robo de electricidad El fraude eléctrico implica además un coste económico para todos los consumidores a través de la factura, y tiene además efectos muy perniciosos sobre la calidad del suministro eléctrico.
Los principales causantes de estos problemas son las plantaciones de marihuana en el interior de pisos, casas o edificios, las conocidas como plantaciones “indoor”, que utilizan sofisticadas instalaciones eléctricas enganchadas ilegalmente a la red con grandes consumos durante las 24 horas del día que causan estragos en las instalaciones eléctricas.
Los datos del Informe Europeo sobre Drogas 2025 indican que España acapara el 73% de todas las incautaciones de plantas de marihuana registradas en la UE, de las que buena parte se cultivan en estas instalaciones indoor. Cada uno de estos invernaderos bajo techo demanda una potencia que equivale al consumo de unas 80 viviendas de unos 100 m2.
Entre enero y junio se han desmantelado seis plantaciones indoor al día en las zonas de distribución de Endesa en operaciones lideradas por las Fuerzas de Seguridad. El volumen de energía recuperado en estos fraudes asciende a de 111 millones de KWh, el equivalente al consumo de más de 31.700 hogares.
Al margen de la colaboración con las Fuerzas de Seguridad, Endesa utiliza además desde 2017 modelos de Machine learning y Deep learning (aprendizaje automático y aprendizaje profundo) para ser más eficientes en el combate contra el robo de energía. Se parte del historial de inspecciones existente realizadas entre los doce millones de puntos de suministro, los patrones de consumo, la información sobre los equipos de medida, e incluso información meteorológica, datos que se utilizan para detectar de manera más certera la probabilidad de que haya un fraude.
El uso de la IA, combinada con la información que proporcionan innovaciones como los equipos de supervisión avanzada que se están instalando en la red de distribución, contribuyen a acotar mejor el origen del fraude dentro de un grupo de suministros. Una vez en campo, elementos como las pinzas amperimétricas o los videoscopios ayudan a los trabajadores a sacar a la luz el fraude.
España es el único país de nuestro entorno que no prevé pena de privación de libertad por el delito de fraude eléctrico a diferencia de Francia, Portugal, Italia o Alemania. En el marco legal español este delito no contempla agravantes ni computa para la reincidencia, con independencia de que se utilice para alimentar masivas plantaciones de cannabis o pueda estar detrás de incendios con graves consecuencias.