En concreto, este grava la producción, almacenaje y transformación de energía eléctrica. La tasa general es de 0,0050 euros por kilovatio hora (0,0010 euros para los ciclos combinados). Deja fuera la generación hidráulica y eólica, así como con el resto de renovables. Tampoco afecta a las centrales que utilizan como combustible principal la biomasa o el biogás ni a las instalaciones de cogeneración de alta eficiencia. Además, también afecta al transporte de electricidad, quedando exentas las instalaciones de tensión inferior a 30 kV y las de evacuación de producción renovable. El tipo de gravamen es de 400 euros por cada kilómetro de longitud en tensión igual o superior a 30 kV e inferior a 110 kV; 700 euros por cada kilómetro en tensión igual o superior a 110 kV e inferior o igual a 220 kV, y 1.200 euros por cada kilómetro en tensión superior a 220 kV.
La contribución tributaria de Endesa aumentó el pasado año un 28% respecto al ejercicio anterior, hasta alcanzar los 3.843 millones de euros. Según la empresa, aportó 10,5 millones de euros al día a las arcas públicas. Del importe total, el 43% correspondió a impuestos soportados por la eléctrica y el 57% restante, a tributos recaudados como resultado de su actividad. Los impuestos sobre beneficios representaron el 34% del total y los impuestos medioambientales (nacionales y autonómicos), el 33%.