Ercros anticipa caídas en el beneficio, las ventas y el EBITDA del primer semestre Así lo ha comunicado la compañía en una nota remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, en la que también detalla que la facturación de los seis primeros meses ha ascendido a 440,5 millones de euros, un 21,1% menos respecto a los 558,7 millones del ejercicio precedente.
Por su parte, el resultado bruto de explotación (Ebitda) ha alcanzado los 42,2 millones, un 46,5% menos. Y es que hace un año cosechó 78,8 millones. Y la deuda financiera neta se ha elevado un 43,3% de diciembre a junio, al situarse al cierre del semestre en 107,63 millones. En concreto, ha aumentado por diversos factores: 24,85 millones por la retribución a los accionistas; 3,58 millones por la renovación de alquileres; 2,37 millones por el FCL negativo generado en el semestre; y 1,72 millones por otras causas de orden menor. Por tipos de ingresos, Ercros cerró los seis primeros meses del año con unas ventas de productos terminados de 419,5 millones, un 21,1% menos, y unos ingresos por prestación de servicios de 9,09 millones, un 31,7% menos. La compañía ha detallado en la nota que pese al aumento de toneladas vendidas en el segundo trimestre respecto al primero, el computo semestral «confirma el ajuste a la baja de cantidades» que se observaba desde mediados de 2022, con un total de 520.000 toneladas frente a las 588.000 de un año antes.
Además, ha remarcado, la disminución del precio medio por tonelada vendida ha tenido un impacto negativo de 57,5 millones de euros en los ingresos de Ercros durante la primera mitad del año. En concreto, Ercros ha apuntado que los ingresos en prestaciones de servicios disminuyeron un 31,7% por la menor demanda y la reducción del precio por los menores costes energéticos trasladados, ya que la bajada del precio de la electricidad disminuyó el gasto en suministros en un 34,1%.
Ercros ha aprovechado para señalar que el consenso de las publicaciones especializadas mantiene la cautela respecto a la recuperación del sector químico europeo en lo que queda de año. Por eso, ha dicho, se prevé «el mantenimiento de la debilidad actual hasta finales de 2023 para luego mejorar gradualmente a lo largo de 2024». La empresa estima que la alta incertidumbre, la debilidad de la demanda y la caída de precios y volúmenes afecten negativamente a sus márgenes, por lo que «los resultados del segundo semestre serán previsiblemente inferiores a los del primer semestre».