Fuentes aliadas confirman que Robles no participará en la cita con ministros y representantes del sector en protesta por un proceso que España considera poco transparente, del que no se conocen los criterios seguidos y que se ha realizado en todo caso sin las consultas necesarias. Señalan al equipo del secretario general, Jens Stoltenberg, y como resultado entienden que la lista de empresas armamentísticas que participan en la reunión es «poco inclusiva».
Por todo ello España «veta» el plan industrial propuesto por la OTAN y no cambiará su posición hasta que se incluya a entidades españolas, han confirmado fuentes del Ministerio de Defensa, aunque desde Madrid se espera una reparación y que para futuras reuniones se tenga en cuenta al sector de la Defensa de España.
Más allá de considerar la importancia de que la OTAN cuente con su propia estrategia de cara a la producción militar, España ve este primer paso como un «mal punto de partida» y no se trata del único afectado por esta situación, pues más aliados europeos se han quedado fuera de la lista inicial que contiene a empresas de solo 18 países miembros de la OTAN, algo que ha generado malestar en otros países. Este proceso coincide en paralelo con el desarrollo de planes de la Unión Europea para incentivar el aumento de la producción militar en su propia industria, incluyendo un programa de compras conjuntas y ayudas para que las armerías europeas eleven la capacidad de producción y que se limita a empresas de los Veintisiete y Noruega.
Estos planes levantaron las suspicacias de algunos aliados, que ven necesario que Europa eleve su producción pero tienen reticencias con que las ayudas se limiten a empresas europeas. Hay quien mira de reojo a los planes de la UE y quiere que los planes de producción militar tengan también el sello de la OTAN, explican las fuentes aliadas. Aunque la OTAN y la UE han defendido su coordinación a la hora de desarrollar sendos planes industriales para la producción de armamento, en la organización militar reconocen que en ocasiones «falla la letra pequeña», generando este tipo de fricciones.