En las últimas semanas todas las instituciones que se dedican al estudio de la economía apuntan con claridad hacia un fin de ciclo en el que además de frenarse el crecimiento entraremos en un tiempo complicado y complejo en el que los avatares de enfrentamientos bélicos y las presiones anticomerciales pueden generar situaciones desconocidas pata las que esos mismo expertos dicen no tener medicinas concretas, por lo que no son capaces de fijar posibles decisiones o formulas que puedan corregir las caídas que se avecinan.
En ese contexto, uno de los elementos con los que el sanchismo a jugado a favor puede convertirse en su enemigo. No hay que perder de vista lo que le sucedió a su antecesor y hoy hombre para todo, tras la defenestración de Cerdán cuando la economía se le vino abajo y España entro en barrena.
Pero lo peor de la actual situación no es eso, sino la cantidad de frentes que en los últimos meses se le ha abierto al líder sanchista.
No hay día que pase sin que se conozca una nueva barbaridad, un nuevo delito, o un nuevo desaguisado cometido en no se sabe muy buen en nombre de quien o para que, Pero que ahí está.
Son los casos de los líos de la OPA de BBVA en el que el bien de la economía o los accionistas ha sido sustituido por las necesidades o caprichos de los que mantiene a Sánchez en La Moncloa. Y así para que el independentismo catalán este contento y tenga su banco, pues se salta uno la ley a la torera y que nadie proteste porque se le corta el cuello o se le manda Hacienda en forma de inspector.
O si los amigos vascos quiere ser los dueños de Talgo, pues ahí esta la SEPI para endeudarse hasta las trancas y que entre en el capital como autentico sostén de la industria vasca, que sus lendakaris quieren que los suyos no se gasten mucho , que esos pardillos de españolitos pongan la pasta y nosotros la administremos desde el palacete de Paris que nos han regalado.
Y ya si entramos en esos de los dineros pues resulta que dentro de poco ni el Estado tendrá recursos para seguir satisfaciendo los caprichos de unos y otros, porque los impuestos ya se los habrán cobrado ellos y nos darán la limosna que les parezca bien, ya que para entonces, y no a mucho tardar la independencia será un hecho.
Salvo que por circunstancias algo cambien y Sánchez salga de la Moncloa. Y eso es lo que se empieza a intuir que pueda pasar, porque tanto han apretado que el okupante ha incumplido normas europeas y esas, amigo, no se las salta un torero y a lo mejor hay que empezar a deshacer lo hecho y eso puede ser su debacle.
De momento nos tendremos que quedar con la ilusión, pero siempre nos queda la esperanza.