Cuando ante una situación de emergencia los lideres son incapaces, tan siquiera de elaborar un sencillo comunicado conjunto es que puede que hayan hablado mucho, pero siempre en paralelo, sin llegar a una simple conclusión y las cosa no están para bromas. Y eso que solo eran unos pocos, que los 27 no estaban invitados a la juerga parisina.
Eso si, después de la reunión uno tras otro han repetido los mismos argumentos vacíos y huecos que nada dicen ni nada aportan:
• hablar de paz sin la presencia de Ucrania ni es posible¡
• Europa no puede estar al margen de la negociación
• está en juego la seguridad del Continente
• es pronto para enviará tropas de paz sin garantías
• si se ha de invertir en defensa Bruselas debe relajar las reglas fiscales para permitir el incremento de gasto en defensa
• incluso sería necesario crear un fondo europeo que financie la seguridad
Y con toda esta palabrería todos ellos elogian su titánico esfuerzo y regresan a sus países para seguir tan tranquilos en las poltronas de sus distintos palacetes de Gobierno.
Mientras Putin y Trump reordenan el mundo, con la aquiescencia de China y Europa pasa a ser un corpúsculo de pacotilla que nada pintan y que nada importan a los grandes.
La guerra de Ucrania y el esfuerzo de una guerra de simple contención nos han llevado a desaparecer como entidad de los acuerdos internacionales. Los españoles ya vivimos esta situación en los siglos XVIII y XIX y sabemos lo que es no ser nadie en esos foros, pero franceses, ingleses y alemanes van a sufrir humillaciones por decenas y Europa, su Europa, pasará a ser perfectamente prescindible, y poco después el proyecto de la gran europa volverá a ser un conglomerado de intereses catetos y provincianos por países e incluso regiones.