El negocio de la cesión de facturas sin recurso, es decir, en el que la entidad financiera se hace cargo del riesgo de impago del deudor, alcanzó niveles récord en España en 2024, hasta superar los 70.000 millones de euros por primera vez. La actividad creció un 15% frente al año previo y desde 2021 encadena un incremento acumulado del 58%. La Asociación Española de Factoring monitoriza desde cerca las inquietudes macroeconómicas desatadas por la política arancelaria de Donald Trump, pero confía en que el ritmo de crecimiento de este negocio sea sostenible para este año.
«Estamos en un momento económico que es más o menos estable, al que se le añade el apetito que tienen las entidades por asumir el riesgo porque saben que el deudor tiene una capacidad de devoción buena y que el riesgo de impagados es mínimo. Entonces, se junta el hambre con las ganas de comer», apunta Dalmau, presidente de la asociación.
El factoring con recurso, en el que la entidad que ofrece el servicio no asume el riesgo de impago por parte del deudor, no ha despegado tanto como su homólogo sin recurso en los últimos años. De hecho, se ha mantenido en niveles parecidos a 2021, con un volumen ligeramente por encima de los 26.600 millones. Dalmau matiza que el factoring sin recurso es un servicio especialmente cuidado por las grandes entidades, al ayudarle a incorporar novedades en su negocio: «tiendo a pensar que la gran masa del volumen que está en los grandes operadores se va a mantener, ya que se les ve operativos a divulgar este tipo de soluciones».
En el mercado doméstico, la venta de facturas, independientemente de si la entidad asume el riesgo de impago o no, alcanzó un volumen récord de 97.000 millones en 2024. En cambio, la pata del negocio relacionada con el comercio internacional sí retrocedió un 10% después de tres años de crecimiento, debido al impacto que el estancamiento económico y la situación geopolítica causaron sobre determinados mercados que tradicionalmente son importadores relevantes de los productos españoles. Un ejemplo es Alemania, que cerró el año pasado en recesión, con una caída del PIB del 0,2%, y los organismos internacionales prevén que con dificultad cobrará impulso a lo largo de 2025.
Al tener en cuenta el negocio de cesión de facturas en su conjunto, España está muy bien posicionada en Europa, siendo el quinto país por volumen de actividad, según datos recogidos por la asociación. En 2023, año al que remontan las últimas cifras actualizadas, el mercado doméstico representó una cuota del 11,1% de todo el mercado del Viejo Continente, solo por detrás de Francia, Alemania, Reino Unido e Italia. Además, España ocupa el segundo puesto en el ranking de penetración de producto medido en porcentaje sobre el PIB, un 18,5%. Bélgica está por delante, con un 23,2%.
El negocio del confirming, que permite adelantar el pago a proveedores, también se encuentra en cifras cercanas a su récord histórico, registrado en 2023 (136.643 millones) y la mayoría de este servicio se realiza sin recurso. «Si tienes en cuenta todo el volumen de factoring y confirming sin recurso, ya sea originado vía negocio doméstico o vía exportación, a nivel mundial no llega al 50% del total, en Europa está alrededor del 50%, mientras que en España alcanza el 75%», termina Dalmau.