«Los participantes anticiparon que si los datos salen como se espera, con la inflación continuando su bajada de manera sostenible al 2% y la economía permaneciendo cerca del máximo empleo, probablemente sería apropiado avanzar gradualmente hacia una postura de política más neutral a lo largo del tiempo», destaca el texto publicado este martes.
Los banqueros centrales presentes en la reunión remarcaron una vez más que «las decisiones de política monetaria no siguen un rumbo preestablecido y están condicionadas a la evolución de la economía y las implicaciones para las perspectivas económicas y el equilibrio de riesgos».
«Si bien enfatizaron que la política monetaria dependería de los datos, muchos participantes señalaron la volatilidad de los datos económicos recientes y resaltaron la importancia de centrarse en las tendencias económicas subyacentes y la evolución de las perspectivas al evaluar la información entrante», detalla.
Además, «casi todos los participantes» consideraron que los riesgos para lograr los objetivos de empleo e inflación del organismo «están más o menos equilibrados».
«Algunos participantes consideraron que los riesgos a la baja para la actividad económica o el mercado laboral habían disminuido. Los participantes señalaron que la política monetaria tendría que equilibrar los riesgos de una flexibilización demasiado rápida, lo que posiblemente obstaculizaría mayores avances en materia de inflación, con los riesgos de una flexibilización demasiado lenta, lo que debilitaría indebidamente la actividad económica y el empleo», explica.
Por otro lado, «muchos» banqueros observaron que «las incertidumbres relativas al nivel de la tasa de interés neutral complicaban la evaluación del grado de restricción de la política monetaria y, en su opinión, hacían apropiado reducir gradualmente la restricción de la política».