En las últimas semanas, no obstante, el JPY ha sufrido una intensa depreciación frente al USD y el EUR pese al estrechamiento del diferencial de tipos reales a largo plazo. Los inversores, con un coste de cobertura cada vez más elevado, habrían optado por vender JPY tras la publicación de un dot-plot de la Fed más hawkish de lo esperado y el recorte tensionador del BCE. Ambos contrastan con un Banco de Japón que sorprendió por dovish en su reunión de junio, no excesivamente preocupado por la debilidad de la divisa tras el fin de su política de control de la curva de tipos (YCC) y la subida de tipos de marzo.
El JPY ha prolongado en los últimos meses la intensa tendencia depreciadora frente a sus principales pares que inició tras la pandemia de COVID, aún muy lastrado por su principal fuerza depreciadora: un elevado diferencial de tipos entre Japón y el resto de economías desarrolladas. En las últimas semanas, no obstante, el JPY ha sufrido una intensa depreciación frente al USD y el EUR pese al estrechamiento del diferencial de tipos reales a largo plazo. Los inversores, con un coste de cobertura cada vez más elevado, habrían optado por vender JPY tras la publicación de un dot-plot de la Fed más hawkish de lo esperado y el recorte tensionador del BCE. Ambos contrastan con un Banco de Japón que sorprendió por dovish en su reunión de junio, no excesivamente preocupado por la debilidad de la divisa tras el fin de su política de control de la curva de tipos (YCC) y la subida de tipos de marzo.
No esperamos un BoJ particularmente tensionador próximamente que pueda apoyar a la divisa. Aunque el mercado descuenta próximas subidas de tipos en Japón en 2024 y 2025 en vista de: el enfriamiento de la economía (con una contracción relevante en 1T24); de que las partidas más inerciales de inflación se están desacelerando; de que el mercado laboral que tampoco muestra signos de tensionamiento acuciantes; el BoJ no tiene una gran presión para subir tipos. Además, el entorno macrofinanciero en Europa y EEUU (unos tipos a largo plazo que esperamos se mantengan en un rango similar al que han permanecido en los últimos 18 meses, y un crecimiento económico aún dinámico en ambas geografías) debería favorecer sus activos de riesgo, en particular la renta variable. Es probable que esto contrarreste la paulatina subida que puedan experimentar los tipos japoneses.
No obstante, en el medio plazo, el estrechamiento de los tipos a corto plazo sí debería favorecer una apreciación del JPY, como se refleja en nuestra previsión. Así mismo, en el corto plazo el riesgo de que el Ministerio de Finanzas japonés vuelva a intervenir el mercado de divisas, como hiciera en mayo, es relevante.