Así lo manifestó su economista sénior de Funcas, Hernández, coincidiendo con la publicación esta semana de datos de récord sobre llegada de turistas extranjeros a España en julio y gasto de los mismos. Hernández explicó que está siendo una temporada turística «muy buena» pero aclaró que «la información de este verano no hace cambiar las perspectivas» que, a su juicio, podrían ser de bajo crecimiento o incluso cero en los últimos meses.
«Vemos que en Europa se atraviesa por una etapa complicada. Aquí no de una manera tan acusada, pero los indicadores de actividad hasta junio apuntaban a una tendencia a la baja y los de julio y agosto, que son cualitativos y de sentimiento económico, han empeorado bastante», avisó esta economista.
De hecho, indicó que la ralentización en el crecimiento no vendrá tanto de la mano del consumo interno en España sino de la situación de los países del entorno y, por consiguiente, del comportamiento de las exportaciones. Esta experta de Funcas señaló que el indicador que mejor está aguantando es el empleo y, aunque espera que se produzca una «desaceleración» en la afiliación a la Seguridad Social en los próximos meses, «vemos que este dato está aguantando mejor de lo que se esperaba».
En cuanto a la evolución de la inflación, Hernández prevé que la tasa general vaya aumentando en los últimos meses, mientras que la subyacente, que no incluye energía y alimentos no elaborados, se irá reduciendo, de forma que irán «convergiendo» al final de este ejercicio.
Según el dato adelantado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) para el mes de agosto, la inflación general fue del 2,6% y la subyacente del 6,1%. Por otra parte, esta experta descartó que si en España se produce una situación de bloqueo político y perdura el Gobierno en funciones vaya a resultar perjudicada la economía. «Tenemos experiencias anteriores, como en 2016, y la economía siguió creciendo», apuntaló.
Eso sí, advirtió de que lo que sí puede «asustar» a los agentes económicos es que en el proceso de negociación para formar un nuevo Gobierno se pongan sobre la mesa propuestas que puedan ser «negativas» para la economía.