La tasa armonizada se mantuvo estable en el 2,9%, cinco décimas porcentuales por encima de la media de la eurozona. La inflación subyacente se redujo dos décimas porcentuales hasta el 2,2%, y el núcleo inflacionista (que agrupa bienes no energéticos y servicios) descendió una décima hasta el 2,4%. El resultado ha sido una décima superior a lo previsto, debido a la desviación al alza en los componentes más volátiles, es decir, en los productos energéticos y en los alimentos elaborados Los precios de los alimentos elaborados aumentaron un 0,1%, por debajo del incremento registrado el mismo mes del año anterior, con lo que la tasa interanual descendió desde el 2,1% hasta el 1,3%. Lo que más ha impactado en este descenso ha sido la fuerte bajada del precio del aceite de oliva, que en febrero se situó un 32,3% por debajo del nivel de hace un año.
Los bienes industriales no energéticos mantuvieron estable su tasa de inflación en el 0,5%. Los servicios redujeron la suya hasta el 3,2%, debido a la bajada de la inflación en los paquetes turísticos nacionales, hoteles y vuelos internacionales. No obstante, este sigue siendo el componente donde se concentran las mayores presiones inflacionistas.
En cuanto a los componentes más volátiles, el grupo de alimentos no elaborados elevó su inflación desde el 2,7% hasta el 5%. Este ascenso se enmarca dentro de la volatilidad habitual de este grupo, no existiendo, al menos por el momento, indicios de que suponga el inicio de una nueva senda inflacionista. Las subidas procedieron de frutas, legumbres y hortalizas. Los productos energéticos fueron los que registraron la mayor subida en su tasa de inflación, hasta el 9%, impulsados por la electricidad y el gas, si bien la subida se debió a efectos escalón y no a la aparición de un nuevo brote alcista.
En suma, el ligero aumento de la inflación en febrero procedió de los componentes más volátiles. La buena noticia es que la subyacente descendió hasta el 2,2%, la tasa más baja desde diciembre de 2021. En cualquier caso, los servicios siguen constituyendo el principal elemento de preocupación, con una tasa todavía por encima del 3%.
Previsiones
El precio del petróleo en las últimas semanas se ha movido en torno al nivel contemplado en el escenario central de previsiones, 70 dólares por barril, aunque el precio en euros ha descendido debido a la fuerte apreciación del euro. Por otra parte, las medidas arancelarias anunciadas en fechas recientes por la Comisión Europea en respuesta a las restricciones comerciales impuestas por EE UU no tendrían, de momento, un impacto significativo en los precios. El valor de las importaciones de bienes de consumo sometidos a dichas medidas no alcanza los 3.000 millones de euros, de modo que un incremento del 25% de los aranceles elevaría el IPC total en torno a una décima porcentual. En el escenario central de previsiones, en el que precio del petróleo y el euro se mantienen en torno a los niveles actuales, la previsión para la media anual de la tasa general de inflación se mantiene sin cambios en el 2,5%, con una interanual en diciembre del 2,3% –desciende la previsión para la inflación energética por la apreciación del euro, pero se compensa con una mayor inflación en los alimentos no elaborados–. Para la tasa subyacente se mantiene también la previsión de un 2,2% de media anual . En un escenario alternativo en el que el precio del crudo ascendiera hasta 80 dólares, la tasa media anual seria del 2,8%, y, finalmente, en un escenario en el que esta materia prima bajara de precio hasta los 60 dólares, la inflación se situaría en el 2,2% .