El resultado, superior a lo previsto en ambos casos, se debe a la desviación respecto a lo esperado de los componentes más volátiles, es decir, de los alimentos no elaborados y, en menor medida, de los servicios y productos energéticos.
Los alimentos no elaborados elevaron su inflación desde el 7,1% hasta el 8%, prolongando la tendencia alcista que mantienen desde finales del año pasado, amplificada por la normalización del IVA. De las 16 subclases que integran este subíndice, 13 presentan una tasa superior al 3% y varias de ellas (huevos, carne de vacuno, frutas y carne de ovino y caprino), tasas de dos dígitos. Los productos energéticos, por su parte, se han encarecido un 2,1%, con lo que su tasa de inflación sube desde el -2,7% hasta el -0,5%.
Tras la estabilización del precio del petróleo en torno a los 70 dólares y la apreciación del euro, Funcas ha actualizado sus previsiones. La estimación para la tasa media anual sube dos décimas, hasta el 2,6%, y la de la subyacente una décima, hasta el 2,3%. La interanual del índice general cerraría diciembre en el 2,5%. Para 2026, las tasas medias anuales se mantienen en el 1,9% y el 2% para la general y la subyacente, respectivamente.