La tasa armonizada también aumentó hasta el 2,9%, cuatro décimas porcentuales por encima de la media de la eurozona. La inflación subyacente se redujo dos décimas porcentuales hasta el 2,4%, y el núcleo inflacionista (que agrupa bienes no energéticos y servicios) descendió una décima hasta el 2,5%. El resultado ha sido superior a lo previsto, debido sobre todo a la desviación al alza en los productos energéticos y, en menor medida, en los alimentos elaborados y en los bienes industriales no energéticos.
Los precios de los alimentos elaborados aumentaron un 0,7%, en parte debido a la subida del IVA en algunos de sus componentes, pese a lo cual la tasa interanual descendió desde el 2,3% hasta el 2,1%. Destaca la fuerte bajada del precio del aceite de oliva, del 7,2%, situándose ahora un 22% por debajo de hace un año,
gracias a la normalización de la cosecha. Los BINE redujeron su tasa de inflación hasta el 0,5%. Los servicios redujeron la suya hasta el 3,4%, debido a la bajada de los servicios de transporte y de restauración, fundamentalmente. No obstante, este sigue siendo el componente donde se concentran las mayores presiones inflacionistas.
En cuanto a los componentes más volátiles, el grupo de alimentos no elaborados elevó su inflación hasta el 2,7%. Las mayores subidas procedieron de frutas, legumbres y huevos, afectados por la normalización del IVA. Los productos energéticos fueron los que registraron la mayor subida en su tasa de inflación, hasta el 8,1%, impulsados por el gas, los combustibles y, especialmente, la electricidad, muy influida esta última también por la subida del IVA.
En suma, el aumento de la inflación en enero obedeció a la subida del IVA –sin la cual se habría registrado un descenso–. Los servicios siguen constituyendo el principal elemento de preocupación, con una tasa todavía por encima del 3%.
PREVISIONES
El precio del petróleo en las últimas semanas se ha movido en torno al nivel contemplado en el escenario central de previsiones. Sin embargo, el gas se ha encarecido, continuando con una tendencia iniciada ya en los últimos meses de 2024, y al mismo tiempo han subido los futuros sobre esta materia prima.
Se han revisado las previsiones para incorporar los resultados de enero, los cambios efectuados por el INE en las ponderaciones de los diversos grupos que componen el IPC y los nuevos precios del gas descontados en los futuros. En el escenario central de previsiones, en el que precio del petróleo desciende hasta 70
dólares, la previsión para la media anual de la tasa general de inflación se sitúa en el 2,5% –tres décimas porcentuales más que en la previsión anterior–, con una interanual en diciembre del 2,3%. Para la tasa subyacente se espera un 2,2% de media anual .
En un escenario alternativo en el que el precio del crudo ascendiera hasta 80 dólares, la tasa media anual seria del 3% , y, finalmente, en un escenario en el que esta materia prima bajara de precio hasta los 60 dólares, la inflación se situaría en el 2,1%.