«Será difícil que no haya algo», ha augurado y, aunque dice que la presunción de inocencia debe de prevalecer siempre que se demuestre lo contrario, considera que esta situación política «está llamando» a que se convoquen elecciones generales.
Guerra ha lamentado que el PSOE «haya cambiado mucho en muy poco tiempo», y ha advertido de que en política «las facturas se pagan todas». Así, ha enumerado los supuestos casos de corrupción que afectan al exministro de Transportes, José Luis Ábalos, a su exasesor Koldo García, y al actual secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, que ha tildado de «fealdades». Palabras ha tenido también para las investigaciones entorno al hermano, David Sánchez, y la mujer del presidente, Begoña Gómez, afirmando que «enredarse con la mujer, con el hermano» es «un poco complicado».
Más contundente se ha mostrado con los audios de la exmilitante socialista Leire Díez y con el bulo de la bomba lapa. En su opinión, que se haya llegado a acusar a la Guardia Civil «de bombas al presidente del Gobierno» es una afirmación de «tal gravedad extrema» que le parece increíble la relativa «tranquilidad» que se vive políticamente en España.
Preguntado por la polémica durante la Conferencia de Presidentes a cuenta del uso de las lenguas cooficiales, Guerra ha calificado como «un poco ridículo» que se usaran pinganillos para hablar en una reunión en la que «todos hablan en castellano».
Para Guerra, «las lenguas todas son grandes» y «cuidar la lengua está bien» frente a los que «han querido prohibir una lengua o hacer que no se hable otra para favorecer a esta». «Fue escandaloso que en la etapa de la dictadura se persiguiera al catalán o al vasco, y lo es que ahora se persiga el castellano en Cataluña. Es aberrante, porque es la misma teoría que fracasa», ha afirmado.
Eso sí, ha tachado de «error grave» el gesto de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Díaz Ayuso, al abandonar la reunión de la Conferencia de Presidentes durante la intervención del lehendakari, Pradales, cuando se dirigió en euskera a los presentes. «La política de silla vacía es un absurdo. Usted tiene que estar donde le han puesto. Usted tiene que responder de su responsabilidad. Nunca se debe usted ir de donde debe estar», ha añadido, para después insistir en lo «absurdo» que es que «en el salón, antes de entrar», los dirigentes hablen en castellano y, durante la cumbre, se pongan pinganillos para entenderse.
Guerra ha recordado que «esta es una amnistía elaborada por los beneficiarios de la amnistía», entre ellos el expresidente de Cataluña Puigdemont. «¿Cómo se puede aceptar una amnistía redactada por los beneficiarios de la amnistía? Es una bofetada absoluta al derecho», ha sentenciado. No obstante, ha afirmado que si el órgano constitucional español avala la norma, él, «como demócrata», dirá que «es constitucional».