La fecha límite era el próximo 30 de mayo. Después de concluir esta batalla, a la compañía acumula otros frentes que tiene en los tribunales con decenas de millones de euros en juego. El origen de este pacto al más alto nivel se sitúa en octubre de 2017. Después de ser objeto de una investigación en relación con el Impuesto sobre Sociedades en España durante los ejercicios fiscales entre 2008 y 2010, arrancaba un procedimiento amistoso entre las autoridades fiscales española e irlandesa que afectaba a la filial con la que opera en España y a la matriz irlandesa -Oracle EMEA Ltd-. Según queda reflejado en la memoria anual del año fiscal 2022, ambas partes plantearon una liquidación por un total de 30,03 millones de euros.
Oracle España funciona de una manera muy similar a la que lo hacen otros gigantes tecnológicos. La propiedad intelectual está en una matriz irlandesa con la que la filial española firma diferentes convenios y acuerdos para distribuir los productos en este mercado y también hacer de apoyo y soporte para las ventas. «Recibe comisiones y márgenes sobre los costos incurridos para su venta como agentes de ventas con respecto a los ingresos generados por la venta de licencias de software, productos de hardware», apunta. Prácticamente el 90% de su volumen de negocio en el país son esas refacturaciones por servicios prestados a clientes españoles pero desde Dublín, cuyas condiciones fiscales son sensiblemente más favorables a las españolas, incluso con la última subida de tipos acordada por el gobierno hasta el 15%. Sólo 23 millones de euros se facturaron durante el pasado ejercicio de manera directa en España para trabajos de consultoría a clientes locales por parte de Oracle. Hay otros gigantes tecnológicos que han cambiado de estrategia, al registrar una parte relevante o la totalidad de su negocio a través de las filiales locales. El caso más extremo es el de Netflix, que decidió registrar todas las ventas de suscripciones en su sociedad española. Hay otros intermedios como Microsoft o la propia Google, que registran una parte mayoritaria con la entidad ibérica.
Además de Oracle, Microsoft es la otra gran tecnológica señalada por la Agencia Tributaria. Además de las que ya tenía abiertas, el último ejercicio vio como los inspectores cerraban una investigación y le exigían otros 19 millones de euros. Hay otras firmas en las que las sanciones o las liquidaciones han sido sensiblemente inferiores. Es el caso de Amazon, que apenas ha tenido un acta de liquidación en sus sociedades españolas; de Apple, o la propia Google que la última vez que se puso al día apenas desembolsó 3 millones.