Tanto el lenguaje como la forma de escribir y la índole de sus personajes sorprenderán gratamente al lector, acostumbrados a unas novelas noir o es muy exagerado como ocurre con algunas estadounidenses o es casi inexistente como es el caso de las europeas. Aquí nos encontramos con unos personajes singulares. Coveiro, el principal, ya mayor, después de una vida azarosa vuelve al pueblo y se hace cargo de su sobrino, adolescente o joven, no queda muy claro y de la casa de su hermano que se ha suicidado, del cementerio del pueblo y de su oficio de enterrador. El sobrino tiene un cierto retraso intelectual, pero hace una vida normal trabajando en el cementerio; es tranquilo, pacífico y su tío le trata con mucho cariño y delicadeza.
A la vez se desarrolla otra historia: la de los dos hijos de una empresaria mafiosa que tiene unos empleados para que le hagan todos los trabajos sucios que son muy abundantes y también tiene a sueldo un policía. Los dos hijos son un verdadero desastre y uno de ellos, político, es condenado por un asunto sexual, pero muere y lo acabaran enterrando en el cementerio donde está Coveiro y ahí es donde comienza el noir auténtico y hará su presentación. El otro hijo, mujeriego, drogadicto, enfermo mental…
Esta segunda parte de la novela, una vez que se han hecho las presentaciones tiene un ritmo equilibrado, con momentos de una tensión muy bien medida y donde todos los personajes se encuentran y se va a ver cómo es cada uno, sus reacciones, su sensibilidad y la depravación a la que se puede llegar.
Aunque el ambiente llega a ser verdaderamente sórdido, está descrito de tal manera que no rechina, y con pocas palabras queda perfectamente explicado, lo mismo ocurre con las escenas de violencia, aunque son también fuertes.
La novela, por lo tanto, es original, bien escrita, ágil, y sabiendo encajar bien todos los personajes y hasta llegando a dar una nota de humor.
Hierro viejo
Marto Pariente
Siruela (2024)
209 págs.
ISBN: 978-84-19942715